Vuelve la revolución feminista con los lazos setenteros
Los años 70 estuvieron marcados por importantes cambios políticos y sociales y la moda, tanto musical como indumentaria; Todos estos cambios marcaron un inciso en esta época por muchos motivos, y se inició una tendencia que a día de hoy se conoce como la moda de los años 70. Una de las manifestaciones más visibles por poner un ejemplo y que tiene a la mujer como protagonista fue el de romper con ese patrón de mujer delicada y sumisa con un nuevo look que, dejando atrás la prendas ceñidas y escotadas, pretendían potenciar su inteligencia y elegancia como mujeres trabajadoras, fuertes y autosuficientes, justamente con esas blusas de lazos, que actualmente vuelven a los escaparates de los centros de las ciudades y a los “portales virtuales”, para darle un nuevo look a la historia del siglo XXI con tintes setenteros.
Mujeres de armas tomar
Para las mujeres setenteras el concepto de belleza no excluía la comodidad e intentaban aprender a vivir y sentir de forma autónoma, construyendo una imagen autosuficiente e independiente de las normas estéticas impuestas.
Y así en una sociedad marcada por los asfixiantes corsés y la discreción femenina, las mujeres decidieron romper moldes con peinados exagerados, con complementos como los exuberantes lazos o gafas de sol XXL, colores y estampados vistosos con diseños geométricos multicolor, flores enormes que se combinaban con otras muy pequeñas, círculos, grecas, líneas, pero sobre todo color, mucho color… son algunas tendencias de moda en los años 70 y que han llegado hasta nuestros días.
Y no solo han llegado, es más, parece que han vuelto a coger fuerza. Este otoño los accesorios tienen un papel fundamental para aportar estilo; las blusas fluidas y holgadas con lazos en el cuello, el escote y la espalda, son una de las mejores opciones para los próximos meses. Incorporados en la prenda o sueltos, son el punto fuerte de muchos diseños. Estas blusas con un toque retro forman parte no solo de los escaparates de las grandes ciudades, sino que la década de los 70 se mezcla con el nuevo siglo marcado por los escaparates coloristas virtuales. Uno de los ejemplos sería el de la tienda online Zalando, que cuenta con toda esta línea de blusas setenteras adaptadas a nuestros tiempos y a las que denomina “pussy bow blouse”, un concepto que surgió a de finales de los años 70, alargándose como tendencia hasta bien entrados los años 80 dentro del guardarropa de la mujer luchadora de aquella época.
«Pussy bow blouse» hace referencia a una tendencia enmarcada dentro de un ámbito laboral que pretendía hacer de contrapeso a las corbatas de los hombres. Las blusas con lazo eran parte del uniforme corporativo de las mujeres, que intentaban abrirse camino en lugares de trabajo dominados por los hombres. El renacimiento de estas blusas viene a ser un guiño a las mujeres pioneras en puestos de trabajo ejecutivo de alto cargo.
El look de la mujer trabajadora
Aunque con frecuencia el mundo de la moda ha etiquetado a la mujer como un objeto de las miradas masculinas lo cierto es que las mujeres pueden tomar las riendas de su apariencia. De hecho en los 70, el cambio en la moda fue una de las formas en las que se manifestó el cambio de la mujer, y lo que además les permitió acceder a actividades que hasta entonces no habían realizado, defendiendo así la importancia de la moda en el desarrollo del movimiento feminista, y la manifestación de este a través de la moda.
Pero actualmente la mujer todavía tiene mucho camino por recorrer, por eso la moda setentera ha vuelto para reivindicar la igualdad de género tanto en el ámbito laboral como social. A día de hoy las mujeres sienten que todavía tienen mucho que decir, y ello se ha materializado en un estilo que busca la armonía entre la feminidad y la comodidad.
Y recordad: la moda puede ser un juego de transformación, donde una mujer cambia, varía y fantasea sin perderse a sí misma, y le brinda a su vez la posibilidad de gozar de una rica creatividad visual. Le permite también usar incontables prendas y asumir incontables facetas sin dejar de ser ella misma, esa mujer delante y detrás del espejo.