Moda y hongos. ¿Son compatibles?
La producción de ropa es una de las labores más intensivas en cuanto a consumo de energía y agua. Hoy en día, resulta muy difícil reciclar ropa usada por la gran mezcla de materiales utilizados y la complicación de volver a separarlos para transformarlos de nuevo en hilo con el que tejer otra vez. Por ello, la exploración en biomateriales para la elaboración de ropa es un terreno fértil y en crecimiento, que va desde vestidos de novia obtenidos de mantillo de árbol hasta camisetas hechas de levadura.
El vestido de novia es un ejemplo perfecto del modelo de sociedad consumista y poco amigable con el medio ambiente en el que vivimos. Su fabricación genera un elevado impacto ambiental y generalmente, se usa una vez y se tira. Por eso Erin Smith, una diseñadora cuyo trabajo se centra en torno a temas de sostenibilidad, residuos y el futuro de la fabricación de telas, se ha propuesto hacer crecer su propio vestido de novia a partir de materiales biodegradables. No quería que su boda fuera dictada por la tradición de tener que usar algo que queda en desuso después del gran evento. El vestido biodegradable después de ser utilizado, puede servir como fertilizante, en lugar de quedar olvidado en el fondo del armario.
Este tipo de ropa se fabrica con una combinación de materia vegetal y hongos microscópicos. De hecho la ecoartista «cultivó» su propio vestido de novia con mantillo para árboles y micelio, un tipo de hongo blanco cuyo cultivo consume muy poca energía. Plantea que cualquier novia puede hacer crecer su propio vestido en alrededor de una semana y tras el día de su boda, reutilizarlo.
La idea es que estos materiales y procedimientos sustentables se perfeccionen y se conviertan en una realidad a largo plazo en la industria de la moda.
Estos extraños materiales pueden sonar como algo irreal y lejano del uso diario, pero en un futuro podrían tener cierta influencia en la fabricación piezas de moda. Varios diseñadores ya han empezado a experimentar con diferentes formas de crear ropa orgánica.
Además de ayudar en la reducción de la cantidad de residuos de lino, Smith dice que espera que su proyecto inspire a otras mujeres para hacer crecer sus propios vestidos sustentables. Con nuevas formas de pensar en el medio ambiente y en cómo aprovechar las oportunidades que la naturaleza nos da, tal vez sea el momento de cosechar en la tierra de la moda.