Los vehículos de hidrógeno se acercan
Renovable, renovable, renovable… es una palabra de moda hace tiempo. Especialmente en la industria automotriz. Las energías renovables son el futuro de los motores a mediano y largo plazo. Por ahora, el hidrógeno era una opción poco viable. La dificultad de adaptarlo como combustible complican sus posibilidades. No por mucho tiempo: los vehículos de hidrógeno se acercan a la realidad.
El caro platino
Sucede gracias a investigadores de la Universidad de Copenhague. Desarrollaron un nuevo catalizador más barato y sostenible para vehículos propulsados por hidrógeno. Los vehículos de hidrógeno son, hoy por hoy, algo muy raro. Esto es debido en parte a que dependen de un material escaso. Unos 50 gramos de platino que son el catalizador para sus pilas de combustible. Los vehículos normales solo necesitan unos cinco gramos de este elemento.
El nuevo catalizador corrige este problema. «Nos estamos acercando a la misma cantidad de platino que se necesita para un vehículo convencional», declara el profesor Matthias Arenz. Pertenece al Departamento de Química de la Universidad de Copenhague.
Es imposible simplemente reemplazar los vehículos del mundo con modelos de hidrógeno de la noche a la mañana. Pero la nueva tecnología desarrollada por el equipo de Arenz cambiará las reglas del juego. «Este nuevo catalizador puede hacerlo posible», afirma el profesor Jan Rossmeisl, de la misma universidad. «Esto mejora significativamente las pilas de combustible. Nos brinda más caballos de fuerza por gramo de platino».
Más accesible, menos inestable
Los catalizadores actuales se basan en nanopartículas de platino que recubren una base de carbono. Desafortunadamente, el carbono hace que los catalizadores sean inestables.
El nuevo catalizador de la Universidad de Copenhage se distingue por estar exento de carbono. En lugar de nanopartículas, los investigadores han desarrollado una red de nanocables. Poseen una alta durabilidad. «Con este avance, la certeza de que los vehículos de hidrógeno se acercan es más realista. Les permite ser más baratos, más sostenibles y más duraderos», explica Rossmeisl.
«Buscamos que la industria química sea más ecológica» explica Rossmeisl. «En estos momentos estamos en conversaciones con la industria automotriz. Queremos implementar este avance en la práctica y a gran escala» añade Arentz por su parte. «Las cosas parecen bastante prometedoras», sentencia orgulloso el investigador.