Los europeos prefieren consumir productos sostenibles
El 73% de los europeos quiere consumir productos sostenibles. Por esa razón pretenden una legislación comunitaria que asegure ese aspecto. Esto señala que la mayoría de los europeos están comprometidos con la biodiversidad y la ecología.
Una encuesta hecha a la población confirma este compromiso
La encuesta se realizó por pedido de la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Se dio a conocer el día 27 de octubre de 2021. En ella, el 76% de los ciudadanos encuestados piensa que la UE debería ser estricta con el cuidado de los bosques y ecosistemas.
Un 74% es de la opinión que los productos alimenticios importados deberían ser aprobados por la UE con estándares propios. A su vez, el 51% cree que los gobiernos deberían ser los encargados de reducir el impacto ambiental generado por la producción de los alimentos.
Mientras que un 49% adjudica esta responsabilidad a las empresas. Finalmente, un 42% dejó de comprar productos que ellos consideran de un alto impacto ambiental. Porcentajes que demuestran cuál es la preocupación del ciudadano europeo en relación con el medio ambiente.
Consumir productos sostenibles es lo que pretende el ciudadano europeo
Según representantes de la WWF en la Unión Europea, los europeos quieren un cambio en su consumo. Los resultados de la encuesta infieren que el ciudadano común vincula directamente lo que consume con la destrucción de bosques y ecosistemas.
Relacionan estas destrucciones con el cambio de clima extremo. También con el cambio meteorológico que produce inundaciones repentinas o sequías e incendios de miles de hectáreas en el Amazonas.
Por estas causas, la Organización No Gubernamental cree que la UE debe hacer caso de sus habitantes. Con normativas claras donde los productos sean sostenibles y que dichas normas se respeten en todos los países miembros.
La encuesta fue realizada porque existe un descontento en la población europea. El ciudadano común piensa en un consumo de productos sostenibles. Aunque a la hora de hacerlo existen impedimentos. Los etiquetados de los alimentos son poco claros y no incluyen información acerca del impacto ambiental que provocan antes y después de su consumo.
Un ejemplo es que el 23% de los encuestados opina que comer huevos perjudica el medioambiente en forma indirecta. Las aves que ponen esos huevos, se alimentan con soja que se importa a la UE. Esa soja produce una gran deforestación tropical donde se cosecha por la degradación de las tierras.
Otro aspecto que se desprende de dicha encuesta, es la preocupación de los europeos por la destrucción de pastizales. Estos y otros ecosistemas se destruyen cada año debido a la expansión de la agricultura por parte del hombre. El problema es que el ciudadano europeo se siente responsable porque esa agricultura que alimenta los mercados de Europa.