La casa pasiva: Tendencia en alza en construcción sostenible
Una casa pasiva es una estructura residencial diseñada para ser altamente eficiente en términos energéticos. Se basan en los principios de la arquitectura bioclimática y requieren muy poca energía para calefaccionar y refrigerar los ambientes. Por lo cual, son extremadamente económicas de operar y respetuosas con el medio ambiente.
¿Cuáles son las claves que diferencian a una casa pasiva?
Las características clave de una casa pasiva incluyen:
- Aislamiento superior: están muy bien aisladas para minimizar la pérdida de calor en invierno y la ganancia de calor en verano. Esto suele implicar aislamiento de alta calidad en paredes, techos y ventanas.
- Estanqueidad al aire: su hermeticidad envolvente minimiza las corrientes de aire no deseadas, lo que reduce la necesidad de calefacción y refrigeración.
- Ventilación controlada: tienen sistemas de ventilación mecánica con recuperación de calor (MVHR, por sus siglas en inglés) para garantizar un suministro constante de aire fresco y controlar la humedad interior sin perder la energía térmica.
- Orientación y diseño pasivo: el diseño aprovecha al máximo la luz solar y las características del terreno para optimizar el confort térmico y la iluminación natural.
- Utilizan energías renovables: suelen incluir sistemas de energía renovable, como paneles solares, fotovoltaicos o térmicos, para generar electricidad y agua caliente de manera sostenible.
Origen de las casas pasivas
En la década de 1970, surgió un creciente interés por la sostenibilidad en la sociedad, catalizado por las crisis petroleras de 1973 y 1979, que llevaron a una reconsideración del modelo energético, especialmente en Estados Unidos.
Las escuelas de arquitectura estadounidenses reflejaron esta conciencia emergente, proponiendo construcciones que minimizaran el consumo de energía sin sacrificar el confort de sus ocupantes.
En 1979, el Instituto de Arquitectura de Estados Unidos publicó el libro “La casa pasiva: Clima y ahorro energético”. El texto abogaba por aprovechar las condiciones climáticas específicas de cada ubicación para reducir el consumo de la energía convencional. Este hito marco un antes y un después en la construcción de viviendas.
Beneficios que ofrece este tipo de construcciones
Una casa pasiva ofrece una serie de beneficios significativos:
- Su diseño, altamente eficiente, permite que consuma menos energía para calefacción y refrigeración en comparación con las viviendas convencionales. Esto se traduce en facturas de energía más bajas.
- Diseñadas para mantener temperaturas estables y confortables en el interior durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas exteriores.
- Los sistemas de ventilación controlada de una casa pasiva garantizan un suministro constante de aire fresco y filtrado, mejorando la calidad del aire interior.
- En su construcción utilizan materiales de alta calidad y técnicas de construcción avanzadas, lo que aumenta su durabilidad y minimiza el mantenimiento a largo plazo.
- Consumen menos energía proveniente de fuentes no renovables, por lo que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigan el cambio climático.
- Con el uso de sistemas de energía renovable, logran independencia energética, reduciendo su dependencia de la red eléctrica convencional.
Las edificaciones pasivas son una tendencia en aumento de la arquitectura en muchos países. Por ejemplo, en Argentina, en 2022 construyeron una casa pasiva de 400 m² que consume menos que un secador de pelo, según los dichos de su propietario.
Se enfoca en eficiencia energética, sostenibilidad, beneficios económicos a largo plazo y una contribución significativa a la preservación del medio ambiente.