Las comunidades intencionales son grupos de personas que eligen vivir juntas con un propósito específico y valores compartidos. Estas comunidades, también conocidas como comunidades planificadas, varían en su enfoque, desde la sostenibilidad ambiental hasta la espiritualidad.
Historia de las comunidades intencionales
Las comunidades intencionales, aunque han ganado popularidad recientemente, tienen una historia que se remonta siglos atrás. Desde las comunidades monásticas cristianas hasta los experimentos utópicos del siglo XIX, estas comunidades han existido como sociedades comunales basadas en principios religiosos y el bien común.
Algunos ejemplos relevantes de la historia son:
- Colonias Amana: Establecidas por inmigrantes alemanes en Iowa en el siglo XIX.
- Comunidades monásticas cristianas: Desde los primeros siglos del cristianismo, las comunidades monásticas han practicado este estilo de vida, dedicado a la oración, el trabajo y el servicio a los demás bajo un conjunto de reglas y valores compartidos.
- Nuevo Harmony: Fundada en Indiana en 1825 por el empresario y filántropo Robert Owen, esta comunidad buscaba establecer un sistema de vida cooperativo y basado en la igualdad.
- Brook Farm: Establecida en Massachusetts en 1841, esta comunidad utópica buscaba combinar trabajo agrícola con educación intelectual y artística.
- Amish: Se trata de un grupo religioso que vive principalmente en los Estados Unidos y Canadá. Forman comunidades intencionales basadas en sus creencias religiosas y valores compartidos. Además, rechazan muchas formas de tecnología moderna y prefieren un estilo de vida agrícola autosuficiente. Mantienen fuertes lazos comunitarios centrados en la familia y la fe, que permanece relativamente intactos desde hace siglos.
Las comunidades intencionales en la sociedad del siglo XXI
Con el crecimiento del costo de vida y la preocupación global por la soledad, la opción de vida en comunidad gana terreno. Las comunidades intencionales están en alza como respuesta a estas preocupaciones.
El alto costo de la vivienda y el alquiler, junto con el reconocimiento de la soledad como una preocupación de salud pública por parte de la Organización Mundial de la Salud, impulsan este movimiento. Más casas se están remodelando para adaptarse a esta nueva forma de vida comunitaria.
Así es como existen comunidades intencionales para reducir los costos de vida o para evitar la soledad. Mientras que otras comparten ideologías o formas de vida, como es el caso de las ecoaldeas o el cohousing.
Ecoaldeas
Las ecoaldeas, son comunidades autosuficientes, arraigadas en la armonía con la naturaleza, persiguen la sostenibilidad social, ecológica y económica. Están situadas principalmente en áreas rurales, y su diseño asegura su sostenibilidad a largo plazo a través de procesos participativos.
Se basan en la cooperación, el autoconsumo y el uso de energías renovables y promueven viviendas construidas con materiales sustentables y biodegradables, como adobe y paja. Su entorno es ideal para reconectarse con la naturaleza.
Generalmente, son autosustentables a través de una variedad de proyectos, desde turismo hasta artesanías y trabajos en carpintería y herrería. Países como India, México, EE. UU., Italia, Escocia, Alemania, Portugal y España son pioneros en este estilo de vida.
Cohousing
Las comunidades intencionales ofrecen a las personas mayores un estilo de vida determinado y apasionado, promoviendo el sentido de pertenencia y el apoyo mutuo. Es una forma residencial originada en los años 70 en Dinamarca y Holanda, que proporciona viviendas independientes con áreas comunes, ganando popularidad entre los mayores en Europa y Estados Unidos.
Es una alternativa que fusiona elementos de vecindarios tradicionales, como la familia y la comunidad, ofreciendo una mezcla saludable de privacidad y vida comunitaria intergeneracional.
