A los 6 años, Ryan Hreljac, financió su primer pozo en Uganda. A los 17 años, su fundación, ya ha construido 630 pozos en 16 países
Cuando Ryan Hreljac de Canadá tenía 6 años su profesora le explicó en clase que la principal causa de muerte en África era la mala calidad del agua, éste le preguntó cuanto costaba un grifo en África y la profesora recordaba haber leído que una bomba de extracción costaba unos 70 dólares.
Al llegar a casa Ryan le pidió a su madre el dinero, su madre lo ignoró y él estuvo durante un año haciendo tareas domésticas para ganar dólar a dólar. Cuando consiguió la cantidad fue a enviarlo, pero la directora del banco le informó que el precio de una bomba de extracción era de 2000 dólares, pero que el banco estaba dispuesto a poner la mitad. Reunió el dinero gracias a su comunidad y lo envió a un colegio de Uganda.
Tras enterarse de que el pozo se cavaba a mano, su siguiente objetivo fue reunir 25.000 dólares para un taladro móvil, en estos años y paso a paso, la fundación fundada por él ya ha construido 630 pozos y ha dado de beber a medio millón de africanos.