Un taxista griego donó su Mercedes Benz 240D al museo de la marca, tras convertirlo en el coche Mercedes con mayor kilometraje que se haya registrado.
Compró el coche con 220.000 kilómetros y lo condujo hasta Salónica. Lo utilizó como taxi desde 1981 hasta 2004. No tuvo problemas en encontrar recambios y motores, lo cual unido a la durabilidad del Mercedes le permitió aguantar tanto tiempo con este coche.
Cuando decidió retirarlo, contactó con la empresa DaimlerChrisler AG (actualmente, Daimler AG) agradediéndoles por el excelente servicio que Mercedes le había dado durante esos años. Tras recibir una visita de los responsables del museo Mercedes, decidieron que el coche debía pasar a formar parte de la colección. Tras esto, el presidente de Daimler le regaló al taxista un Mercedes C200 CDI que le estaría esperando a su regreso a Grecia.
