Las redes neuronales líquidas fueron creadas artificialmente. Demostraron ser más eficientes y expresivas que las generadas con anterioridad. Junto a la inteligencia artificial, prometen ser útiles para muchas aplicaciones, como por ejemplo la conducción autónoma de vehículos. Desde hace un tiempo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), junto a otras prestigiosas universidades del mundo, las tienen como objetivo.
Redes neuronales artificiales
Las redes neuronales artificiales son programas informáticos que imitan el funcionamiento del cerebro humano. Su finalidad es suministrar información, que mediante su procesamiento permita producir nuevos conocimientos.
Están formadas por capas de nodos entrelazados, donde cada nodo tiene la capacidad de procesar información y obtener un resultado. Una vez hecho esto, el nodo entrega el o los resultados a los nodos siguientes y así sucesivamente. El objetivo final es la creación de nuevo conocimiento.
Claro que, para perseguir ese objetivo, la red neuronal debe recibir entrenamiento. Ese aprendizaje va a depender del objetivo a cumplir y la información que debe retornar esa red neuronal artificial. De esta manera, la red neuronal aprende a procesar información que le permite elaborar predicciones o clasificaciones de un análisis que realiza sobre los datos que recibe.
Redes neuronales líquidas
Las redes neuronales líquidas demostraron que son capaces de hacer lo mismo que las demás artificiales. Sin embargo, tienen la capacidad de aprender de forma dinámica e ininterrumpida. Es decir, que tienen mayor flexibilidad y son capaces de adaptarse constantemente, de allí que se las denomina líquidas. Además, se destacan por sobre las otras redes neuronales artificiales, porque son más eficientes y tienen mejor expresividad.
Al hablar de expresividad, no se relaciona con un lenguaje gestual, sino que se refiere a la facilidad con que los ingenieros actúan sobre la red neuronal. Esto les permite avanzar a niveles de complejidad que no se obtienen con otras redes neuronales creadas artificialmente.
Los investigadores del MIT ya utilizaron redes neuronales anteriormente y, lo más importante de toda investigación científica es, sin dudas, el campo de aplicación. Como el caso del algoritmo generado para la navegación autónoma de drones, capaz de adaptarse a cualquier espacio aéreo, inclusive en los más complejos.
En este caso, los científicos creen que se pueden emplear con éxito en muchas actividades. Como en la conducción autónoma de vehículos, campo en el que promete ser revolucionaria. También para la elaboración de diagnósticos médicos mucho más precisos, procesar vídeos en tiempo real o para el procesamiento de grandes volúmenes de datos financieros.
Las redes neuronales líquidas son parte del futuro que ya está entre nosotros junto a la inteligencia artificial. Solo hace falta que nosotros mismos procesemos con nuestra propia red neuronal todo lo que ello implica.
