Marc Parent y su propio molino de viento
Hoy en día, la mayoría de nosotros podemos decir que tenemos a nuestro alcance algo tan simple como el agua. No obstante, en los países menos desarrollados, deben caminar incluso kilómetros cada día para poder llevar un poco de agua a casa.
Esta desigualdad empieza ya a equilibrarse debido al invento de un francés llamado Marc Parent, el cual estuvo siete años elaborando una idea para erradicar este problema. A partir de un molino de viento, él, junto a su empresa, EoleWater, elaboraron un diseño para que este molino pudiera producir agua potable. Pero, ¿cómo lo hace? Una turbina del interior del molino recoge el aire; luego, un generador calienta el aire para que este se transforme en vapor, y posteriormente este vapor acaba convirtiéndose en agua a partir de un condensador. Por último, el agua va hacia un depósito desde el cual se puede obtener el agua. Todo este proceso es gracias a que en el aire hay más agua de lo que se cree.
Este concepto no es una idea, como propone Marc Parent, para acabar con la problemática del agua que hay actualmente, sino que este molino de viento ha sido creado para aquellas aldeas que se encuentran muy alejadas de cualquier zona con agua. Realmente es un invento muy ingenioso puesto que no necesita electricidad para que funcione, e incluso la propia aldea puede construirlo de manera autónoma. Además, aunque es un invento innovador, no supone un gran coste puesto que, dependiendo del modelo, el molino puede valer entre nueve y veinticinco euros.
Este invento, aunque no haya llegado todavía a todas aquellas áreas remotas de las que habla Marc Parent, no cabe duda de que este es uno de los inventos tecnológicos más humanitarios que hayamos visto.