Es una esperanza para millones de personas. Las prótesis controladas por el cerebro son una revolucionaria tecnología. Los científicos la desarrollaron para personas con algún tipo de amputación. Se podría conectar el muñón con una prótesis que, a su vez, puede ser controlada por el cerebro del paciente.
Lo dice una nueva investigación publicada en la revista Nature Medicine. Los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), desarrollaron un nuevo tipo de intervención quirúrgica. Reconecta los músculos del muñón. Y permite a los pacientes recibir información «propioceptiva» sobre la posición de la prótesis en el espacio.
Primero de la historia
«Es el primer estudio protésico de la historia que muestra una prótesis de pierna bajo modulación neural completa. Nadie mostró este nivel de control cerebral que produce una marcha natural. El sistema nervioso humano controla el movimiento, no un algoritmo de control robótico», afirman.
En el estudio participaron siete pacientes sometidos a esta cirugía. Lograron caminar más rápido, evitar obstáculos y subir escaleras con mucha más naturalidad que con una prótesis tradicional. Los pacientes también experimentaron menos dolor y menos atrofia muscular tras esta cirugía. Hasta ahora, unos 60 pacientes de todo el mundo han recibido este tipo de cirugía. También puede realizarse en personas con amputaciones de brazo. Aquí se conectan los dos extremos de los músculos para que sigan comunicándose dinámicamente entre sí dentro del muñón.
Se comparó a siete personas que se habían sometido a la cirugía con otras que habían sufrido amputaciones tradicionales por debajo de la rodilla. Todos los sujetos utilizaron el mismo tipo de miembro biónico. Era una prótesis con un tobillo motorizado y electrodos capaces de captar las señales electromiográficas (EMG) de los músculos. Estas señales se envían a un controlador robótico. Ayuda a la prótesis a calcular cuánto debe doblar el tobillo, cuánta torsión debe aplicar o cuánta potencia debe suministrar.
Movimiento natural
En todas las pruebas, las personas caminaron más rápido. Y podían sortear los obstáculos con mayor facilidad.
Las prótesis controladas por el cerebro tenían otras ventajas. También mostraban movimientos más naturales, como apuntar con los dedos de la prótesis hacia arriba al subir escaleras o salvar un obstáculo. Fueron más capaces de coordinar los movimientos de su miembro protésico y su miembro intacto. Y empujar desde el suelo con la misma fuerza que una persona sin amputación.
