La NASA quiere diseñar los aviones del futuro
La agencia espacial norteamericana, la NASA, intentará revolucionar la aeronáutica en los próximos 10 años con el desarrollo de un aparato que produce menos emisiones, menos ruido, y utiliza menos combustible que los modelos actuales del mercado.
El ambicioso proyecto se llama New Aviation Horizons y tiene como objetivo diseñar, construir y volar una variedad de vehículos de demostración de vuelo apodados «X-planes». El trabajo de estos aviones experimentales evaluará la viabilidad de tecnologías completamente nuevas, diseños y materiales, y la NASA cree que esto ayudará a mover estas nuevas tecnologías en el sector comercial.
«Estamos en el lugar correcto, en el momento adecuado, y con las tecnologías idóneas», afirma Jaiwon Shin, administrador asociado del directorio de misiones de investigación aeronáutica de la NASA. «El potencial de estas tecnologías no se puede realizar con las formas convencionales de los aviones. Necesitamos los X-planes para demostrar, de manera innegable, la forma en que la tecnología puede hacer la aviación más cómoda, reduciendo los retrasos y manteniendo la seguridad de los pasajeros de los vuelos. Así, apoyaremos una industria que es fundamental para la vitalidad económica de Estados Unidos».
Los X-planes incluirán una serie de innovaciones experimentales: materiales compuestos ligeros, nuevos diseño de ventilación para mejorar la propulsión y reducir el ruido, y diferentes formas en las alas. Los investigadores de la NASA estiman que, una vez esta tecnología se haya puesto en servició, se ahorrarán 10 mil millones de dólares anuales en la industria de las aerolíneas.
En cuanto al diseño, la NASA está pensando en unas naves de vuelo de cuerpo híbrido. Al tener alas que se funden con el fuselaje, en lugar de la estructura de tubo con alas acopladas, los ingenieros del equipo creen que pueden reducir el consumo de combustible y las emisiones, así como reducir el ruido durante el despegue y el aterrizaje.
La NASA incluso ha diseñado un jet comercial supersónico que tiene un bajo consumo de biocombustible y tiene una forma la cual el «boom» que se produce al romper la barrera del sonido es imperceptible para las personas a ras de suelo. Si se aprueba el presupuesto y el trabajo se inicia de inmediato, el primer vuelo de prueba podría comenzar en el 2020.
«Este es un momento emocionante para todo el equipo de la NASA y para aquellos que se benefician de la aviación que, francamente, afecta a todo el mundo», dijo Shin. «Con este plan de 10 años para acelerar la transformación de la aviación, los Estados Unidos puede mantener su condición de líder mundial en la aviación durante muchos años».