La misión Apolo 13 fue la séptima misión tripulada del programa Apolo de los EEUU, y la tercera que tenía como objetivo llegar a la Luna. Estaba compuesta por tres astronautas. Fue lanzada el 11 de abril de 1970. Dos días después de haber despegado, uno de los tanques de oxígeno de la nave explotó. Esto se debió a un cable defectuoso, que provocó un cortocircuito que desencadenó la combustión del tanque (el oxígeno es muy inflamable), que acabó estallando debido a la presión. La misión fue abortada de inmediato, cancelándose el alunizaje que estaba previsto.
La tripulación tuvo que refugiarse en el módulo lunar, ya que el resto de la nave se encontraba inoperativo. Durante la reentrada en la atmósfera, el módulo lunar se desacopló dle resto de la nave y descendió en solitario. Al separarse las dos partes de la nave, los astronautas decidieron tomar fotografías del otro módulo, para así poder analizarlas y descubrir cual había sido la causa de la explosión. Fue entonces cuando vieron que una de las placas metálicas, la que cubría el tanque que había explotado, se había soltado.
Una entrada lunar normal está acompañada por cuatro minutos sin comunicaciones, periodo al que se le llamó “velo negro” y que es causado por la ionización del aire alrededor del módulo de comando. La posibilidad de un daño al escudo térmico, causada por la ruptura del tanque de oxigeno, elevó la tensión durante el velo negro, el cual tomó 33 segundos más de lo normal. Finalmente la nave amerizó (esto es, aterrizó en el mar) y los tripulantes fueron rescatados.
