El primer paciente con un chip en el cerebro
Fue un hito de la medicina. El implante cerebral de Neuralink abrió un mundo nuevo. El primer paciente con un chip en el cerebro dio sus impresiones. Se trata del estadounidense Noland Arbaugh. Su operación llamó la atención de la comunidad científica.
El paciente indicó que el rendimiento del dispositivo va mejorando con el tiempo. Y califica de «alucinante» esa experiencia. «Las cosas han ido muy bien. Al principio hubo una bajada del rendimiento. Pero desde que [expertos de Neuralink] lo reajustaron, fue al alza constantemente», declaró Arbaugh sobre esto.
Sin cansancio
Tetrapléjico desde 2016, Arbaugh recibió en enero el implante N1. Es un chip cerebral que permite realizar la lectura de la actividad neuronal a través de 1,024 electrodos distribuidos en 64 hilos ultrafinos. Según Arbaugh, «más o menos el 15% del total de electrodos están operativos» ahora.
«Es una cantidad bastante pequeña… y al mismo tiempo, ahora puedo hacer mucho más que al principio del experimento, cuando había una mayor cantidad de ellos en mi cerebro. Es simplemente alucinante», dijo. Arbaugh respondió negativamente a la pregunta de si el chip cerebral le provoca cansancio. «No me canso. Creo que parte del problema es que simplemente quiero estar despierto todo el tiempo», confesó. Una vez él usó su dispositivo neuronal durante más de 17 horas consecutivas. «El otro día no podía dormir así que decidí levantarme alrededor de las 2:00 a. m. y terminé usándolo todo el día», dijo.
Volviendo a moverse
El nuevo producto, llamado Telepathy, permite a una persona que haya perdido el uso de sus extremidades muchas actividades. Por ejemplo, controlar un teléfono, un ordenador y, a través de ellos, casi cualquier dispositivo solo con el pensamiento.
En marzo, Neuralink publicó un video en el que Arbaugh aparecía jugando con la mente al ajedrez en una computadora. El primer paciente con un chip en el cerebro llamó mucho la atención. El empresario estadounidense Elon Musk, cofundador de esta compañía con sede en San Francisco, vaticinó en junio pasado que «en el futuro no habrá teléfonos, solo los Neuralinks».