El primer cíborg escarabajo ya está aquí
El creciente campo de los cíborgs está muy cerca de lograr metas hasta ahora solo alcanzables en el campo de la ciencia ficción. Un equipo internacional de científicos ha logrado construir un cíborg de escarabajo volador, cuyo vuelo se puede guiar por control remoto. Un cíborg es un híbrido de ser vivo y robot. Un ejemplo bien conocido del cine es Robocop, en este caso un cíborg de humano. Algunos expertos opinan que, en un futuro no muy lejano, los cíborgs de animales voladores podrían llegar a constituir una clase muy valiosa de drones.
El equipo ha desarrollado este cíborg a partir de un escarabajo volador unicornial de gran tamaño, Dynastes tityus, al cual se le ha conectado, a modo de mochila, un conjunto de componentes electrónicos que, entre otras cosas, permiten controlar inalámbricamente su vuelo convirtiendo las señales de radio recibidas en diversas acciones del animal.
Este conjunto está formado por 6 seis electrodos vinculados al microcontrolador electrónico, y a una pila de ión-litio. Los electrodos son conectados a los lóbulos ópticos y los músculos encargados de mover las alas. El microcontrolador electrónico (traducen las señales de radio en movimientos) y la pila de ión-litio (proporciona la energía que alimenta la parte robótica) se instalan en el tórax del insecto, como si fueran un “saco”.
En los experimentos realizados, se transmitieron señales a los escarabajos cada milisegundo, ordenándoles que despegaran, giraran a izquierda o derecha e incluso que permanecieran quietos en el aire.
Casi tan llamativo como el hecho en sí de haber logrado crear este cíborg, son los materiales utilizados para este fin. Los materiales utilizados para construir la parte robótica del mismo son baratos, y la electrónica es fácil de montar, con componentes en su mayor parte ya disponibles comercialmente.
A diferencia de los drones habituales controlados de forma remota, en el cíborg no necesario un control humano constante ya que el escarabajo es capaz de mantener su estabilidad en vuelo por sí mismo. La intervención humana solo se precisa para cambiar la dirección hacia la que se pretenda que avance.
Con la dirección establecida mediante la parte robótica, la biológica se ocupará del resto del viaje, y así el cíborg maniobrará alrededor de los obstáculos y se arrastrará en espacios cerrados pequeños. La distancia máxima desde la que se puede gobernar al cíborg es de unos 100 metros.
Esta tecnología podría demostrar ser para ciertos casos una alternativa mejor que los drones controlados remotamente, ya que los cíborgs de insectos voladores podrían adentrarse en sitios que resultarían inaccesibles para cualquier otro dron convencional. Por ejemplo, un cíborg como el creado podría ser utilizado en misiones de búsqueda y rescate, debido a que podría penetrar por rincones y grietas en un edificio caído, para localizar a supervivientes heridos.
La operación en la que se convierte a estos escarabajos en cíborgs es reversible. Tras ser un cíborg durante un tiempo, el insecto puede volver a su vida exclusivamente biológica y llevar a término su vida adulta normal, que se prolonga durante cinco o seis meses.
El equipo responsable se este gran avance está constituido por Hirotaka Sato, de la Universidad Tecnológica Nanyang (NTU) en Singapur, y Michel Maharbiz, de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos. Los detalles del avance se han publicado en la revista digital Cell Press Nucleus