El desierto del Sahara lleno de paneles solares ¿sería ventajoso o problemático?
Existe un proyecto de convertir el Sahara en un campo energético. Nuestro planeta Tierra tiene zonas desérticas tan grandes como varios países de Europa. Son zonas inhabitables con climas extremos. Los polos constituyen las zonas desérticas más amplias del planeta. Aunque el desierto del Sahara, en África, es el más grande después de las zonas polares. ¿Llenar este desierto de paneles solares sería beneficioso o perjudicial para el planeta?
En el desierto del Sahara se podría producir energía para todo el mundo
Cuando se habla del Sahara, imaginamos un páramo de arena donde el calor durante el día es terrible. Un lugar donde no es posible encontrar ningún indicio de vida. Sin embargo, existen plantas que florecen en este desierto, adaptadas al entorno, a veces en forma de semillas. Estas semillas se encuentran en estado de latencia hasta que se dan las condiciones para florecer.
Por supuesto que no se puede cultivar la tierra en el Sahara. Sin embargo, se puede producir energía solar. Sembrar el desierto del Sahara con paneles solares, podría solucionar el problema energético de casi todo el mundo.
El Sahara consta de nueve millones de kilómetros cuadrados, que ocupan gran parte del Norte de África. Toda esa amplia zona está todo el año expuesta a los rayos solares y llueve en contadas ocasiones.
También el desierto tiene vientos infinitos, que desatan verdaderas tormentas de arena. Los molinos de viento podrían generar energía durante todo el año. Estudios realizados indican que solo el 1,2% de la superficie del desierto, alcanza para producir la energía que cubra las necesidades energéticas de la Tierra.
¿Esta idea tiene más ventajas que contras o viceversa?
Sin embargo, existen también otras implicancias para convertir el Sahara en un “campo energético”. Una de esas problemáticas es la política. Los cables que transportarían la energía deberían atravesar varios países que siempre están con conflictos sociales.
Aunque dejando la política a un lado, existen otras consecuencias que según estudios científicos podrían ocurrir. Llenar el Sahara de paneles solares y molinos de viento, puede alterar el equilibrio del desierto. En el mediano o largo plazo, aumentarían las lluvias y comenzaría a surgir vegetación no nativa.
Según un modelo simulado, la presencia de paneles y turbinas eólicas harían subir 2° C la temperatura. La acción de las aspas de las turbinas podrían generar zonas de baja presión, con precipitaciones nunca antes vistas. Los científicos advierten que la sola presencia de las turbinas y los paneles, aumentarían de por sí la temperatura del suelo.
Desde siempre, el Sahara tiene un papel preponderante en el clima de Europa y de África. De él dependen las corrientes de aire y las corrientes marinas que forman parte del Océano Atlántico. “Ocupar” el desierto con miles de turbinas eólicas y paneles solares, sería perjudicial para el medioambiente. No solo modificaría la zona del desierto, sino que tendría consecuencias en casi todo el planeta.
Sin embargo, existen proyectos como el Sahara Solar Breeder Project. Mediante este, se planea cubrir el Sahara con paneles solares para el año 2050. El potencial resultante sería gigantesco. Sin embargo, las consecuencias también pueden serlo.