El cáñamo sirve para usos tan diferentes como elaborar ropa o medicinas, como combustible, y también como material para fabricar coches. Esta planta ilegal en la mayoría de los países del mundo, tiene más de 50.000 usos distintos y podría ser la solución ecológica al sector del automóvil, uno de los que más contaminantes del planeta.
El coche denominado Kestrel, calificado como el más ecológico del mundo, es el primer vehículo eléctrico de carrocería biocompuesta: Está fabricada completamente a partir de fibras de cáñamo. Ha sido diseñado por la empresa Motive Industries Inc. en Canadà, donde cultivar cáñamo no está prohibido, siempre que este destinado a un uso industrial que beneficie a la economía y al medio ambiente.
El cáñamo es un material que presenta grandes ventajas: soporta mejor que el acero los choques, ya que es más elástico, y tiene similares propiedades mecánicas al vidrio, siendo más ligero (pesa poco más de una tonelada). Si un coche pesa menos, el combustible dura más y produce menos contaminación.
Este coche «verde» alcanza una velocidad máxima de 90 km/h y ofrece una autonomía de hasta 160 kilómetros antes de tener que ser recargado. Se mueve gracias a un motor eléctrico, y pesa poco más de una tonelada.
El precio será accesible y tiene un tamaño para cuatro pasajeros.
Quizá a muchos les sorprenda que un coche se pueda hacer con cáñamo, pero la idea no es ni mucho menos innovadora: Henry Ford en 1941 investigó el material y tras descubrir sus propiedades, construyó un coche de fibra de cáñamo y resina reforzada; además, el combustible era etanol producido a partir de CAÑAMO.
