El invento se llama Necomimi y son unas orejas de gato que funcionan con la mente, con los pensamientos y estados del ánimo del usuario. Actúa con un dispositivo de comunicación colocado en nuestra frente y oído, que lee nuestras ondas cerebrales detectando las corrientes eléctricas que corren a través del cerebro.
Las ondas cerebrales rojas indican nerviosismo o excitación mientras que las verdes son un estado de relajación de la mente. Las orejas se alteran cuando el portador está nervioso y se aplanan cuando nos tranquilizamos. Además, si estamos relajados pero concentrados en una actividad como un juego o leer, las orejas empiezan a hacer pequeños círculos.
Una de las programadoras afirma que han querido imitar las reacciones de los gatos a ciertos estímulos pero adaptándolos a la vida cotidiana humana. Por ejemplo, un gato baja las orejas si se asusta pero Necomimi lo hará cuando sienta que el usuario entra en un estado de relax. Mucha gente opina que es una forma trivial de usar la ciencia, pues la tecnología de este tipo suele estar destinada a usos médicos. Sin embargo, la empresa dice que es una forma entretenida de acercar la ciencia a la gente de a pie.
