La mujer de 29 años estrelló primero su Pontiac Grand Am contra una autocaravana. Tras esto, trató de huir de la zona del accidente en un vehículo muy distinto: un cochecito eléctrico para niños.
El dueño de la autocaravana, tras comprobar que sus nietos estaban bien, vio a la mujer sentada dentro del cochecito intentando conducirlo. Este vehículo no le hubiese servido de mucho en una persecución por la autopista, ya que la velocidad máxima de estos juguetes no suele pasar de 7 km/h.
El informe de la policía constató que la mujer estaba muy airada y borracha en el momento de la detención.
