Julia Navarro de 58 años está embarazada, pero lo sorprendente no es su edad, sino que dará a luz a la hija de su hija, su nieta.
Esta madre es el vientre sustituto para su hija y su yerno. Lorena Mckinnon, de 32 años, lleva tratando de tener un hijo tres años, pero ha sufrido decenas de abortos no llegando a pasar la barrera de las 10 semanas de gestación. Hace un año decidieron buscar un vientre de alquiler, una práctica común en Estados Unidos.
La hermana de Lorena y una amiga se ofrecieron pero finalmente se echaron atrás. Fue entonces cuando Julia se ofreció como vientre sustituto.
«Como familia tenemos que ayudarnos», decía Julia a los medios.
Antes de poder implantar el embrión fertilizado por su hija y su yerno, Julia se sometió a tres meses de inyecciones de hormonas. Aún así, una vez implantado, los médicos sólo les dieron un 45% de probabilidades de éxito principalmente por la edad de la madre.
Al igual que en cualquier otro caso, la familia también ha tenido que asistir durante tres meses a asesoría.
«Los sicólogos querían asegurarse de que sabíamos en qué nos estábamos metiendo, que estuviéramos preparados mentalmente», explicaba Lorena. «La mayoría de los contratos se hacen con gente que no conoces. Fue raro hacer un contrato con mi mamá», admitía la joven.
Lorena está muy agradecida a la vez que sorprendida por el ofrecimiento de su madre, el cual admite les ha unido todavía más. Además, se siente aliviada por ahorrarse algunos de los obstáculos financieros que tienen que enfrentar los padres que buscan un vientre sustituto.
De acuerdo con la ley de Utah, las madres sustitutas deben tener al menos 21 años, tener estabilidad económica y haber dado a luz una vez. En el caso de los padres, tienen que estar casados y poder ofrecer un pago razonable a la sustituta. En total, una pareja puede gastar alrededor de los 60.000€ entre procedimientos médicos y pagos.
Julia está tan encantada con la experiencia y ha confesado que si sale todo bien, ayudará a otros. Es más, esta futura abuela primeriza (dará a luz en febrero) ha dicho que donará parte del dinero recaudado en su baby shower –fiesta típica estadounidense para celebrar la llegada de un bebé- para enviarlo a Perú donde hay niños que no tienen padres y/o madres que les ayuden.
