Un psiquiatra inventa un método para medir la maldad
Como todos sabemos, la maldad es una característica relativa muy difícil de medir y definir. En términos muy generales y a grandes rasgos, la maldad se caracteriza por la ausencia de moral, bondad, caridad o afecto natural por el entorno y quienes nos rodean. Pero ¿en que nos basamos cuando calificamos a una persona como buena o cruel? ¿se puede medir la maldad? En principio no, sin embargo hay un hombre que afirma que si: Hablamos del psiquiatra forense Michael Welner, un doctor famoso y polémico en su especialidad.
¿Qué es más perverso, una violación o un homicidio perpetrado para robar? Qué es peor un asesinato a sangre fría u obligar a un menor a ver cómo matan a su madre? ¿Cómo sabe el juez que un acusado cometió un asesinato con más maldad que otro? La percepción de ciertos actos de maldad varía para cada uno de nosotros (incluidos jueces y jurados), pues entran en juego prejuicios racistas o de género, sentimientos, religión, educación, cultura… Por eso, desde hace más de una década, Welner ha dedicado tiempo y dinero de su propio bolsillo, en investigar un método que permitiría estandarizar y cuantificar la maldad humana sin que las vísceras intervengan. Concretamente, está creando el Índice de la Depravación, un método que permitiría, utilizando criterios objetivos, calificar los actos malvados.
Después de una exhaustiva investigación de cientos de casos, Welner y su equipo consiguieron hacer un inventario de 25 elementos que definirían un crimen cruel, depravado o malvado. Por ejemplo: agonía prolongada de la víctima, tortura psicológica, la búsqueda de la fama o convencer a otros de participar en el crimen.
El doctor estadounidense ha entrevistado a los criminales más escalofriantes de su país y asegura conocerlos y entenderlos como nadie. Welner suele participar como perito en muchos juicios, casi siempre a favor de la acusación, y sostiene que algunos de los criminales más crueles y mediáticos de las últimas dos décadas están cuerdos y que la maldad no está sujeta a la locura como muchos piensan. Un gran ejemplo de ello es el holocausto judío, el más grande genocidio de la historia y una de las mayores expresiones de maldad humana… ¿Acaso estaban locos los responsables de tal masacre? Seguramente, la gran mayoría, no.
Muchos crímenes son calificados como más terribles que otros, sin tener pruebas fehacientes de ello..
«Debido a que la ley no incluye un estándar de lo que constituye la maldad de un crimen, esa decisión es visceral o puede ser impulsada por consideraciones políticas, prejuicios o sensacionalismo» explica el psiquiatra.
Teniendo en cuenta la gran controversia entorno a este tema, Welner pretende mejorar el sistema judicial, aliviar el hacinamiento de las prisiones, ayudar a discernir qué presos merecen una libertad anticipada y cuáles no. El Índice de Depravación también serviría para luchar contra el racismo: en Estados Unidos las personas negras reciben sentencias más largas que las blancas debido a los prejuicios raciales. De la misma forma serviría para luchar contra muchos otros prejuicios.
«Al final de esta fase, podremos asignar pesos a los homicidios, delitos sexuales, asaltos y delitos no violentos para permitir que todos los delitos que se puedan comprar con los otros y determinar realmente el nivel del maldad en un crimen», afirmó Welner.
Sin embargo Welner y su equipo se enfrentan a buena parte de la Academia y a toneladas de escepticismo.
Desde que Freud fundó el psicoanálisis, el comportamiento humano se comprende como algo incierto: si el crimen también brota del inconsciente, es un rompecabezas sin solución.
Muchos dirán que las intenciones de Welner son buenas, pero que su intento será en vano.
Quizá Welner sea demasiado optimista. Quizá su intento, aunque insuficiente, sea un paso más hacia una justicia más justa. La complejidad del comportamiento humano le reta.