Clive Palmer, un millonetis de Australia, ha encargado a un astillero chino, una réplica exacta con una fidelidad extremadamente minuciosa del barco Titanic. Con idéntica replica nos referimos a que el resultado debe ser exactamente igual que el original, sin ningún cambio. Los mismos gimnasios, salones y amenidades de que dispusieron los viajeros de la White Star Línea en aquel lejano 1912 seguirán disponibles en la réplica junto con el mismo nivel de lujo. Se prevé que este disponible para 2016.
Otro dato curioso de esta historia es el fin del coloso. Esta construcción no se debe a ningún interés en revivir viejos recuerdos o ni siquiera un museo del mismo. Detrás de todo este embrollo se encuentra el interés de promocionar la campaña política del mismo Clive Palmer.
