Este hombre estaba desesperado, había probado con todos los métodos posibles para deshacerse de ella, pero la verruga permanecía en su dedo.
Esta afección en la piel le impedía dormir cada día debido a los picores que le producía, cansado de soportarlo decidió robar una escopeta y dispararse en el dedo para acabar con ella.
Escogió una buena anestesia, un pack de 6 latas de cervezas, cuando se sentido lo suficientemente anestesiado se disparo y la verruga desapareció junto con la posibilidad de usar anillos en ese dedo.
Se destrozo el dedo por completo, aunque asegura que mereció la pena porque la verruga ya no estaba.
Su operación improvisada le ha costado su trabajo porque ya no lo puede realizar por la falta de ese dedo y una comparecencia ante el tribunal por el robo del arma.
