Que los esclavos negros se quisieran escapar se consideró una enfermedad mental llamada drapetomanía
Este supuesto trastorno mental fue descrito por primera vez en 1851 por el médico y psiquiatra Samuel A. Cartwright como la enfermedad mental que causaba en los esclavos negros la necesidad de huir de sus amos. Aseguraba que este trastorno aparecía cuando los amos blancos trataban a los esclavos como iguales, lo cual provocaba que el esclavo no realizara correctamente sus tareas. Si se observaban síntomas el remedio, segun Cartwright, era sencillo: nunca tratar a los esclavos como iguales y hablarles como si fueran niños en vez de adultos.
Si se demostraba que el esclavo sufría drapetomanía, la «cura» era amputarle los dedos gordos de los pies. El artículo de Cartwright tuvo mucho éxito en los estados esclavistas del sur de EEUU, mientras que fue criticado y considerado una patraña en los del norte.