¿Por qué pedimos zumo de tomate en los aviones?
Cuando volváis a subiros a un avión, comprobarlo. Pasa el carrito de las bebidas y muchas personas piden un Bloody Mary o un zumo de tomate. Pero pocos te sabrán decir porque.
Primero hay que saber que a 10.000 metros de alturas las cosas saben muy diferentes. La presión y el aire seco provocan que nuestras papilas gustativas se adormezcan, como cuando estamos resfriados.
Científicos de Oxford (The Crossmodal Laboratory) han seguido indagando en esa teoría y explican que, los ruidos fuertes, como por ejemplo un motor de avión, pueden reducir nuestra capacidad de degustar los sabores de hasta un 30%. El tomate, rico en sabor a umami, es inmune a ese efecto. El umami es un vocablo japonés que significa sabroso, y es uno de los cinco sabores básicos junto con el dulce, ácido, amargo y salado.
«Una característica clave de los tomates es que son ricos en umami. Quizá todos aquellos viajeros que pidan un Blody Mary o un zumo de tomate han descubierto intuitivamente lo que los científicos sólo están llegando a reconocer empíricamente de forma lenta», explica uno de los investigadores, Charles Spence.