Pocos minutos después de las 10 de la mañana un hombre blanco, de unos 30 años y conplexión corpulenta entró en el “Templo sij de Wisconsin”, sobre la calle South Howell y disparó contra los 50 fieles que se calcula estaban allí. Mató a cuatro personas e hirió a otras tres. En el exterior del edificio asesinó a dos personas e hirió a un policía, el primero que llegó a la escena del crimen. Allí, en la calle también murió el atacante. Llevaba un chaleco y dos pistolas, informaron medios locales.
En total, la masacre dejó siete muertos, incluido el tirador, confirmó la Policía local. Y cuatro personas heridas, sumado el oficial, un veterano con más de 20 de experiencia, que le hizo frente al atacante al llegar al lugar luego de que las autoridades de Oak Creek, en el condado de Milwaukee, recibieran un pedido de auxilio al 911.
No es la primera vez que ocurre algo así. En 2005, un hombre llamado Terry Ratzmann disparó y mató a siete personas y luego se suicidó durante una reunión religiosa en un hotel.
