Según un estudio de la Oficina de Investigación Económica de Estados Unidos, el primer hijo de una familia es 10 veces más vigilado por sus padres que el resto de sus hermanos.
Además de estar más vigilado, también obtendrá mejores calificaciones académicas por este motivo. Las exigencias de sus padres tendrán resultados en la vida profesional del hijo. Al ser el primero, las expectativas de los padres y la presión que ejercen sobre él es mayor que la de los próximos hermanos.
La investigación analizó el número de nacimientos desde 1979, de los que el 34% de los primogénitos era de los mejores alumnos de la clase. El porcentaje disminuía si eran el segundo, tercero o cuarto hermano: 31,8%, 29% y 27,2%, respectivamente.
Una de las explicaciones a esto es que los hermanos mayores se encuentran en un entorno mucho más familiar con más normas, en el que los padres les dedican toda la atención y se preocupan por las calificaciones obtenidas. Les premian si lo hacen bien y les castigan si lo hacen mal. El resto de los hermanos debe convivir en un ambiente en el que las atenciones son repartidas y los padres tienen más preocupaciones y menos tiempo para cada hijo.
