Es algo que pasa desapercibido. Pero, aunque cueste creerlo, muchas decisiones tienen que ver con esto. Los humanos evalúan parejas por el olfato. ha pasado más desapercibida para el común de los mortales, un sentido que toma una especial relevancia en la cuestión es el del olfato. Influye algo llamado Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH). Son genes perceptibles por el olfato, que permite al organismo discriminar entre lo propio de lo extraño.
Mejores amigos
Sucede algo cuando es muy distinto el CMH entre dos progenitores. Hay mayor resistencia inmunitaria a las enfermedades en los hijos que conciban. A través del olor de la persona del sexo opuesto detectamos estas diferencias. Así nos sentimos inclinados a elegirlos como compañeros sexuales o sentimentales. Mientras más distinto, mejor.
¿Pero que sucede respecto a la amistad? Un estudio titulado There is chemistry in social chemistry se dedicó al tema. Dice que las personas con olores corporales similares tienen más probabilidades de ser amigos.
Se diseñó una nariz electrónica que analiza similitudes entre olores corporales. El Instituto Weizmann de Ciencias de Israel organiza el estudio. Es liderado por Inbal Ravreby. Pudo predecir qué extraños serían más proclives a unirse interactuando socialmente.
Rastreando olores
Los resultados dicen que los humanos evalúan parejas por el olfato. Pero hay más. Hay informes sobre personas que sufren pérdidas olfativas. Estas serán más proclives a experimentar deficiencias en sus relaciones sociales. Se corrobora que la quimioseñalización social se muestra alterada en algunas personas con trastorno del espectro autista. “Nos parecemos más a otros mamíferos de lo que pensamos. El olfato juega un papel muy más evidente y primordial”, afirman los autores. «Este mensaje es importante. Nos lleva a una comprensión más profunda del comportamiento humano. Además, puede apuntar hacia nuevos caminos basados en el olfato para la intervención en el deterioro de las relaciones sociales», concluyen.
