Las manías más raras del mundo
La Real Academia Española define manía como “especie de locura, caracterizada por delirio general, agitación y tendencia al furor. Extravagancia, preocupación caprichosa por un tema o cosa determinada. Afecto o deseo desordenado”
Las manías, si son extremas, pueden llegar a considerarse enfermedad. Por regla general, quien la padece no va a permitir intromisiones ajenas para mitigar los efectos ni va a pedir ayuda profesional.
Algunas de las manías más raras que existen son las siguientes:
Aboulomanía: Incapacidad de tomar decisiones en asuntos más o menos banales como tomar el café con o sin azúcar.
Ablutomanía: Manía por lavarse las manos cada poco tiempo (por ejemplo, cada cinco minutos). Puede derivar en problemas mentales serios.
Cacodemonomania: Obsesión anormal por la posesión demoníaca.
Cleptomanía: Impulso incontrolable por robar.
Demonomanía: Cuando uno cree que está poseído. Si se llega a esta situación, el enfermo actúa como si de verdad lo estuviera, tomando como ejemplo los comportamientos vistos en películas que tratan el tema.
Doromanía: Obsesión por dar regalos. Más allá de la muestra evidente de gran generosidad, puede traer problemas serios como la ruina económica de quien sufre esta manía.
Eremiomanía: Deseo irresistible por la calma
Erotomanía: Obsesión incontrolable por el deseo sexual.
Farmacomanía: Fascinación crónica con las medicinas.
Tricomanía: Fascinación intensa por el pelo, el cabello o los vellos.
Trichotillomanía: Deseo por comerse el cabello, no necesariamente de la cabeza. Esta rareza es más común y suele responder a situaciones de estrés, dando como resultado la aparición de partes calvas.
Xenomanía: Obsesión intensa por los extranjeros.