En 2011, una mujer de 52 años acudió a una clínica de La Haya alegando que veía a las personas convertirse en dragones varias veces al día. «Las personas se transforman en negras, se alargan, les salen orejas puntiagudas y un hocico protuberante, desarrollan piel de reptil y enormes ojos de color amarillo brillante, verde, azul o rojo».
Y no sólo veía a las personas convertirse en dragones, sino que también le aparecían estas criaturas de la nada, o de cualquier cosa.
Este síndrome, bautizado como Prosopometamorphopsiarphopsia, ha sido descrito en la prestigiosa revista The Lancelet.
La mujer fue sometida a todo tipo de pruebas, sin que la causa de las alucinaciones fuera descubierta. «El examen neurológico, los análisis de sangre y el electroencefalograma (EEG) eran normales», escriben, «y la resonancia magnética funcional solo mostraban lagunas anormalidades en la materia blanca».
Finalmente, la mujer recibió un tratamiento contra la demencia que funcionó y ahora puede hacer vida más o menos normal, aunque siguen sin conocerse las causas que desencadenan el síndrome Prosopometamorphopsiarphopsia.
