La futurista ciudad de los espejos
Proyecto de Arabia Saudí
Es una ciudad imaginada, y parece un sueño de ciencia ficción. La futurista ciudad de los espejos es un proyecto de Arabia Saudí. Es el diseño de una ciudad sin precedentes. Se llamará: The Line. Estará encajada entre dos espejos de 170 kilómetros de largo y tendrá 200 metros de ancho.
Tendrá rascacielos de 500 metros de altura y estará libre de carreteras, coches y emisiones. Pretende funcionar con energía 100% renovable. Dicen que podrá albergar a 9 millones de personas y su superficie será de 34 kilómetros cuadrados.
Revolucionaria ciudad
Todas las instalaciones necesarias estarán a cinco minutos a pie. Además, aseguran algo impresionante: se podrá atravesar los 170 kilómetros en solo 20 minutos, aunque aún no dicen cómo.
Si comparamos sus muros de 500 metros, el Empire State queda pequeño. Proyectan 9 millones de habitantes. Madrid, por ejemplo, tiene 3 millones.
Según el comunicado de Neom, los ‘TheLiners’ podrán moverse en tres dimensiones: arriba, abajo y transversalmente. A esto lo han llamado Urbanismo de Gravedad Cero. Y combinará “parques públicos y áreas peatonales, escuelas, hogares y lugares de trabajo. Uno podrá moverse sin esfuerzo para satisfacer todas las necesidades diarias en cinco minutos”.
“Nos comprometimos con una revolución del urbanismo. Pondremos a las personas en primer lugar cambiando radicalmente la planificación urbana. Los diseños de comunidades en capas verticales desafiarán a las tradicionales ciudades planas y horizontales. Y crearán un modelo para preservar la naturaleza y mejorar la habitabilidad humana. The Line abordará los retos a los que se enfrenta la humanidad en la vida urbana actual. Creemos que demostrará formas alternativas de vivir”, señala el príncipe Mohammed bin Salman.
Dudas
La futurista ciudad de los espejos genera dudas en algunas personas. El arquitecto y comunicador Alejandro Csome las explica. Duda que se utilice un mismo material para construir ‘The Line’ en tres biomas diferentes (desierto, montaña y valle). Indica que será difícil que una ciudad tan grande tenga cero emisiones de carbono. Especialmente durante su construcción. La aparición de “árboles voladores” en el vídeo de presentación del proyecto también lo desconcierta.
Sea como fuere, para que el futuro exista primero debemos soñarlo. Y esta ciudad parece un sueño.