La desaparición del Mar de Aral
El cuarto lago más grande del mundo
Era el cuarto lago más grande del mundo hasta hace poco más de medio siglo. Ahora es uno de los desastres ecológicos más ignominiosos llevados a cabo por el ser humano. La desaparición del Mar de Aral se llevó a cabo de forma consciente y premeditada. El causante fue Unión Soviética. Quiso convertir los territorios desérticos de Asia Central en el mayor centro algodonero del mundo.
Sequías y muerte
El clima árido de la región no posibilitaba el cultivo de la planta. Decidieron regar los campos con las aguas de los ríos Amu Daria y Sir Daria. Así fueron construidas decenas de presas y embalses. Primero se desvió a las plantaciones un tercio del caudal que normalmente llegaba al Mar de Aral. Luego aumentó hasta alcanzar los 50.000 millones de metros cúbicos anuales. El plan salió como se había esperado y la Unión Soviética lideró durante décadas la producción mundial de algodón. Pero dejó sin agua el gigantesco lago.
El ecosistema y la próspera comunidad pesquera que vivía de él sufrieron la pérdida. En las aguas del Mar de Aral se capturaban anualmente cerca de 40.000 toneladas de pescado. Pero la pesca rápidamente comenzó a menguar y la vida salvaje desapareció. Los pesticidas de los cultivos acabaron con miles de peces. De las 30 especies de peces que vivían en el lago, hoy apenas quedan cuatro.
También el clima cambió. Al desaparecer el Mar de Aral, descendieron las precipitaciones y las sequías se hicieron extremas. La desecación dejó al descubierto toneladas de arenas salinizadas que el viento se encargó de arrastrar hasta territorios vecinos. El alto grado de salinidad y sustancias tóxicas perjudicó el agua potable y la mortalidad infantil.
Desastre ambiental
La desaparición del Mar de Aral fue una catástrofe en cámara lenta. Era un lago con la superficie de la isla de Irlanda. Perdió su caudal hasta convertirse en un terreno yermo y estéril. A finales de los años 80, el nivel de agua descendió tanto que el lago se dividió en dos. El del Norte, en tierras kazajas, se salvó gracias a la construcción en 2005 de la presa de Kokaral. El del Sur se secó casi por completo y hoy es un desierto. Si no se actúa rápidamente, lo poquísimo que queda desaparecerá antes de acabar esta década. Y otra vez, la mano del hombre habrá propiciado el desastre ambiental irreversible.