Con este titular algo pegajoso nos sorprenden las maravillosas mentes israelíes. El director del seminario teológico Eijal Torá, Eliezer Moshé Fisher, juez del Tribunal Rabínico de Jerusalén, ha autorizado la colocación de bolsas con sebo de puerco a pesar de la estricta prohibición de consumir ese tipo de carne o de entrar en contacto con ese animal, según informaba hace poco el diario ‘Maariv‘.
«No existe ningún impedimento religioso para emplear bolsas con grasa de cerdo en autobuses y en otros sitios», dice el dictamen del rabino, que alega en defensa de la decisión el principio judío de que «la vida está por encima de todos los preceptos religiosos».
La policía israelí se está planteando optar por esta alternativa ya que según las leyes de la religión islámica si una adepto toca un cerdo no podrá acceder al paraíso. Otro método que se está planteando implementar es el uso de pistolas de agua llenas de grasa de cerdo, para usarlas contra terroristas en caso de necesidad.
