¿Existe el ‘punto G’?
El punto G, en las mujeres, es una zona altamente erógena de la vagina que, cuando es estimulado, puede dar lugar a una fuerte excitación sexual y llegar al orgasmo casi al instante. Aunque el concepto de orgasmo vaginal ha existido desde el siglo XVII, el término ‘punto G’ no fue acuñado hasta la década de los 80. El ‘punto G’ es conocido gracias a Eric Grafenberg, un ginecólogo alemán cuya investigación iniciada en 1940 trató de dar veracidad a esta región tan sensible dentro de la vagina.
La controversia respecto al ‘punto G’ se produce porque no hay consenso sobre lo que realmente es, y mientras algunas mujeres pueden alcanzar el orgasmo mediante su estimulación, a otras les resulta muy incómodo.
¿Dónde está el ‘punto G’?
Se encuentra en la pared anterior de la vagina, alrededor de 5-8 cm por encima de su abertura. Es más fácil de localizar si la mujer se encuentra boca arriba y tiene otra persona que trate de buscarlo. Con un movimiento de «ven aquí», el tejido que rodea la uretra (esponja uretral) comenzará a hincharse.
Este área de inflamación es el ‘punto G’. Al principio, este contacto puede hacer que la mujer se sienta como si necesitase orinar, pero después de unos segundos, puede convertirse en una sensación placentera. Para algunas mujeres, sin embargo, puede sentirse algo incómodo, sin importar cuanto tiempo dure dicha estimulación.
El orgasmo del punto G y la eyaculación femenina
Las respuestas fisiológicas de un orgasmo del ‘punto G’ son diferentes a aquellas respuestas observadas en un orgasmo clitoriano. Durante estos últimos, el final de la vagina se hincha; sin embargo, en los primeros, el cuello del útero empuja hacia abajo la vagina.
Hasta el 50% de las mujeres expulsan varios tipos de líquidos de su uretra durante la excitación sexual o el coito. Los estudios han demostrado que, en general, hay tres tipos de fluido que se producen: orina, una forma diluida de orina, y la eyaculación femenina.
La liberación de orina durante las relaciones sexuales con penetración se produce, normalmente, como resultado de la incontinencia urinaria producida por el esfuerzo.
La forma diluida de la orina, conocida como «chorros», es la fuga de una sustancia a la orina durante el orgasmo. Se cree que se producen debido a las fuertes contracciones musculares que rodean la vejiga durante el orgasmo femenino.
La eyaculación femenina, más comúnmente encontrados con el orgasmo del ‘punto G’, es una sustancia muy diferente: las mujeres describen el fluido como algo parecido a una ‘leche aguada’, liberando el equivalente a una cucharadita. El contenido se ha analizado químicamente y se encontró que se parece mucho a las secreciones de la próstata masculina. Esto ha llevado a muchos científicos a sospechar que las glándulas conocidas como ‘próstata femenina’ (anteriormente glándulas de Skene) producen este fluido.
¿Cuál podría ser el ‘punto G’?
El ‘punto G’ no es una entidad única o diferenciada. Gran parte del debate que existe en torno a ello es exactamente eso, qué es realmente y cómo se produce el orgasmo.
El ‘punto G’ se encuentra en el complejo clitouretrovaginal, el área donde el clítoris, la vagina y la uretra se unen. Hay varias estructuras en este complejo que podrían producir sensaciones placenteras al ser estimulado, y el ‘punto G’ podría ser el reflejo de la estimulación de una sola estructura, o de múltiples a la vez. Dos estructuras en particular han sido muy debatidos, y destacan como posibles candidatos para producir orgasmos del ‘punto G’ la próstata femenina y el clítoris.
La próstata femenina se encuentra dentro de la esponja uretral, un colchón de tejido que rodea la uretra. La esponja uretral y la próstata femenina son muy inervadas, lo que puede explicar su sensibilidad cuando es estimulado.
El clítoris es más de lo que parece: ahora sabemos que este órgano se extiende mucho más allá de lo que es visible externamente. La estimulación mecánica del ‘punto G’ puede ser, en realidad, la estimulación de la parte interna del clítoris.
Por lo tanto, ¿es una realidad o una ficción?
El ‘punto G’ existe ciertamente, en algunas mujeres. Sin embargo, no todas encuentran en su estimulación algo placentero.
El hecho de que una mujer no esté excitada cuando se estimula la zona ‘G’ no quiere decir que dicha zona sea sexualmente disfuncional. La sexualidad y la excitación tienen claros vínculos fisiológicos y psicológicos. Pero, como seres humanos, todos estamos hecho anatómica y fisiológicamente diferentes.
De la misma manera que lo que considero «azul» puede no ser exactamente igual al mismo «azul» que percibirás tú, un orgasmo en una mujer no es igual al que sentirá otra; es una experiencia única. Y aunque tú y yo veamos el azul a través de los ojos, la complejidad sexual humana y los órganos reproductores femeninos muestran que todavía hay mucho campo que abarcar.
Algunas mujeres son incapaces de alcanzar el orgasmo en pareja, pero no tienen ninguna dificultad para conseguirlo masturbándose. Algunas otras pueden alcanzar el orgasmo sólo con la estimulación del clítoris, mientras que otras con la estimulación vaginal. Hay informes de mujeres que experimentan el orgasmo a través de la estimulación de los pies, por ejemplo.
Así pues, no eres ‘anormal’, ‘extraña’ o ‘disfuncional’ si no puedes encontrar tu ‘punto G’. Del mismo modo, tampoco lo es expulsar fluido durante la excitación o el sexo.