El lanzallamas fue un arma muy utilizada durante años por muchos ejércitos. El estadounidense lo usó mucho en las dos guerras mundiales, la de Corea y en el conflicto en Vietnam. Los lanzallamas modernos pueden ser montados en vehículos de combate o a la espalda de un soldado, y son capaces de proyectar llamas de más de 100 metros de longitud.
Desde el principio ha sido un arma polémica debido a la terrible muerte que sufren quienes son atacados por ellos. Además, pueden resultar peligrosos para las personas que los manejan. Todavía no hay tratados internacionales que prohíban explícitamente el uso de lanzallamas como armas de guerra, pero algunos países como Estados Unidos han suspendido su uso en el ámbito militar.
El uso civil de este utensilio está centrado sobre todo en granjas, plantaciones de azúcar y en cualquier lugar donde se requiera realizar quemas controladas de vegetación y terreno. Aunque algunos estados, como California, han prohibido su uso, no existe ninguna ley de ámbito federal (nacional) que prohiba los lanzallamas.
