Una extraña y enigmática epidemia aterroriza a los ciudadanos del poblado kazajo de Kalachí, en el norte de Kazajistán. Los aldeanos de Kalachí se quedan dormidos de forma repentina y sin razón aparente y no se recuperan hasta varios días después. Esta extraña enfermedad del sueño empezó ha manifestarse hace casi 5 años, con especial virulencia en los niños, y todavía no se han podido identificar las causas.
En repetidas ocasiones diferentes grupos de científicos y médicos incluyendo virólogos, radiólogos y toxicólogos, han visitado el pueblo para tratar de averiguar el motivo de este extraño caso. Sin embargo, las causas y consecuencias de la misteriosa enfermedad siguen siendo desconocidas, y las personas afectadas viven con el temor de que algún día no van a despertar. Los afectados también han descrito más síntomas de la enfermedad, como alucinaciones, pérdida de memoria, mareos y náuseas.
De acuerdo con los datos de los médicos locales, uno de cada diez habitantes de la aldea de Kalachi, alguna vez se ha quedado repentinamente dormido a plena luz del día, algunos incluso han sido incapaces de despertarse durante varios días o hasta una semana. Todo el mundo en el pueblo tiene un familiar o un amigo que al menos una vez ha quedado dormido sin razón aparente.
Según el enfermero de la ambulancia local, uno de estos casos de sueño prolongado inexplicable se produjo el septiembre pasado (en 2014), cuando ocho niños se quedaron dormidos el primer día de clase. Anteriormente, 20 personas se desmayaron y durmieron durante varios días y al menos 60 aldeanos se durmieron a la vez en el invierno de 2013.
Allí se emplazaba décadas atrás una mina de uranio que, tras cesar su actividad, dejó una ciudad cada vez más vacía y deteriorada. Muchos expertos creen que el sueño extremo es causado por el viento que sopla desde una mina de uranio cerrada hace más de dos décadas cercana a Kalachi. Sin embargo, ni los habitantes ni los médicos culpan a la radiación de esta anomalía del sueño. «La gente trabajó en las minas durante muchos años y nadie se quedaba dormido», afirman antiguos mineros.
Se han realizado análisis del agua, del suelo y de muestras de vegetación de Kalachi y no se ha detectado ninguna anomalía. Aún así los habitantes de las aldeas de Kalachi y Krasnogorski siguen enfermando y han solicitado a las autoridades declarar el estado de emergencia. Por su parte las autoridades se preparan para trasladar a la población afectada a otras localidades.
