El Mar Muerto se encoge rápidamente
¿Qué está pasando allí? Extraños cráteres aparecen de forma repentina y secan el lago. El Mar Muerto se encoge rápidamente. Ya perdió un tercio de su superficie desde los años 1960. Cada año, sus aguas retroceden alrededor de un metro. Dejan tras de sí una tierra blanqueada por la sal y repleta de unos enormes agujeros.
Dolinas multiplicadas
«Tendremos suerte si queda un hilo de agua para remojarse los pies», comenta una vecina. «Ya no habrá más que dolinas». Las dolinas son unos cráteres que pueden formarse en una fracción de segundo. Superan los diez metros de profundidad, multiplicándose en los últimos veinte años.
Al recular, el agua salada va dejando unas placas de sal subterráneas. Cuando llueve, el agua dulce se infiltra en el agua y disuelve esas placas. La tierra que hay por encima se hunde y forma las dolinas.
En Ein Gedi, tres kilómetros adentro de la tierra están salpicados de agujeros y grietas. Al norte, un complejo turístico se ha acabado convirtiendo en una ciudad fantasma. La calzada está reventada y las farolas, por tierra. Ittai Gavrieli es investigador del Instituto Geológico de Israel. Dice que hay miles de dolinas a ambos lados del mar Muerto.
Inevitable fin
Hoy, el mar Muerto solo recibe un 10% del caudal que le llegaba en otro tiempo. Además, el calentamiento global favorece la evaporación de sus aguas. La región registró un récord nacional de calor en julio, con 49,9 ºC en Sodoma.
El Mar Muerto se encoge rápidamente y su declive es inevitable. Durante los próximos cien años, las dolinas seguirán apareciendo.
En junio, Jordania desechó la idea de construir un canal desde el mar Rojo al mar Muerto. Optaron por construir una desalinizadora para incrementar su abastecimiento de agua potable.
«El mar Muerto tiene un déficit de mil millones de metros cúbicos al año. El canal habría aportado 200 millones de metros cúbicos», dijeron los especialistas.