Aunque parezca increíble el característico color naranja de las zanahorias fue adoptado hace relativamente poco. Si hoy en día las vemos en nuestras tiendas y mercados con esta tonalidad se debe, en realidad, a un capricho que tuvieron los holandeses a mediados del siglo XVI. Las zanahorias vienen consumiéndose desde el 3000 a. C, y eran de color púrpura por fuera y amarillas por dentro. En la antigüedad, la zanahoria no solo se cultivaba por su raíz, también por sus hojas y semillas aromáticas, tal como hacemos con sus parientes cercanos el perejil, el hinojo o el comino.
Más tarde los comerciantes árabes extendieron la zanahoria por Asia, África y Arabia surgiendo a su vez, variedades con diferentes tonos de púrpura, además de blanco, amarillo, naranja, verdes e incluso negras.
En el siglo XVI, los holandeses eran los principales productores europeos de zanahorias, época en la que Guillermo I, de la Casa Orange, apareció con su estandarte particular, una bandera naranja que representaba a su casa, declarándose protector de los Países Bajos y alzándose, a su vez, como nuevo soberano de un país que declaraba su independencia. Fue entonces cuando los holandeses decidieron comercializar las zanahorias con el color de la casa real holandesa de Orange. Producieron y exportaron cuatro variedades cuyos descendientes son las que consumimos actualmente: la Early Half Long, la Late Half Long, la Scarlet y la Long Orange.
Gracias a la facilidad que tiene esta hortaliza para ser modificada, existen algunas tiendas donde venden zanahorias de varios colores. De ese modo, las ensaladas resultan más atractivas.
En 1997 en Islandia, lograron fabricar una zanahoria con sabor a chocolate. Sin embargo fue retirada del mercado poco después.
