El feminismo y sus principios datan muchos años atrás
La historia de la raza humana comenzó con un hombre y una mujer. Al parecer, en el principio de los tiempos había igualdad y eran uno el complemento del otro, como las dos mitades de un todo. Sin embargo, con el correr de los siglos, la supremacía del hombre por sobre la mujer, quedó más que evidenciada. Basta con revisar la historia de la humanidad para ver que hombres figuran muchos y mujeres, es muy escasa cantidad su mención. El feminismo se creó para modificar estas diferencias.
¿Por qué se creó el feminismo?
El feminismo propone un cambio en la consideración de la mujer en la sociedad, sin jerarquías ni desigualdades. La actitud discriminatoria tanto en las religiones, la política o la educación, relegaron a la mujer a ser esposa de alguien o madre.
Es posible que el feminismo tenga su origen en Guillermine de Bohemia, cuando quiso crear una iglesia de mujeres a finales del siglo XIII. Siglos más tarde, el Renacimiento y la Revolución Francesa le dieron nuevos bríos para conquistar la igualdad.
Sin embargo quedaron subordinadas al patriarcado imperante. Las mujeres no tenían derecho a la educación superior, ni al voto, ni a muchas otras disciplinas, porque ese derecho era solo para los hombres.
Algunas mujeres que se destacaron en la historia
Olimpia de Gouges, en 1791 afirmó que los derechos de la mujer estaban limitados por la tiranía de los hombres. Pidió que esos derechos sean reconocidos según las leyes de la naturaleza. Como respuesta a tal petición, fue decapitada en la guillotina por el gobierno de Robespierre. Un gobierno que ella misma ayudó a formar durante la Revolución Francesa.
Recién en el siglo XIX es donde la mujer comienza tímidamente a ganar terreno con derecho a la educación, al voto, al trabajo y a la igualdad social. A partir de 1830 la lucha organizada comienza con el derecho al sufragio. En 1848 se produce la primera convención por los derechos femeninos en Seneca Falls en Nueva York.
En 1887, la primera mujer licenciada en Derecho de toda Europa egresa de la Universidad de París. Se llamaba Sarmiza Bilcescu y fue la primera también en conseguir el doctorado en 1890.
En España, la primera mujer matriculada en una Universidad fue María Elena Maseras Ribera. Las dos primeras en conseguir la licencia y el doctorado en Medicina fueron Martina Castells Ballespi y Dolors Aleu Riera en 1882.
El voto femenino marcó un hito en la historia
Recién en 1893, Nueva Zelandia es el primer país que reconoce el voto femenino. Desde ese momento, comienzan a aparecer en Gran Bretaña las suffragettes. Son mujeres que encabezan la lucha por el voto universal. Una pionera fue Emmeline Pankhurst, que enarboló la bandera de la igualdad a ambos lados del Atlántico.
En España, fue Clara Campoamor la encargada de impulsar la lucha por el voto femenino, que se oficializó en 1931. Mientras, en los Estados Unidos, el feminismo tomó los mismos ribetes de lucha que el racismo y tuvo las mismas respuestas.
Con el paso del tiempo, van apareciendo corrientes feministas nuevas. Buscan centrar la lucha en la igualdad cultural, social y de oportunidades. Durante la Segunda Guerra Mundial, las empresas ofrecen puestos de trabajo a las mujeres. Sin embargo, se aclaraba que al finalizar la guerra, deberían dejar sus puestos a los hombres y volver a sus tareas domésticas.
Durante este período, se destacan Simone de Beauvoir y Kate Millet, en la lucha por lograr la igualdad de oportunidades. A finales del siglo XX y principios del XXI, la lucha por lograr los mismos derechos que los varones sigue y aunque se lograron avances, la igualdad todavía está lejana.