Un hombre con pasaporte holandés ha sido detenido en el aeropuerto de Rochambeau en Cayenne (Guayana Francesa) por intentar introducir ilegalmente 12 colibríes vivos en el interior de sus pantalones.
Los agentes aeroportuarios sospecharon de la actitud del ciudadano nada más verle aunque no imaginaban lo que encontrarían bajo sus pantalones. Cuando fue interrogado descubrieron que 12 pequeñas aves estaban perfectamente embaladas en el tejido de su ropa interior, inmovilizadas con cinta adhesiva para que no sufrieran ningún golpe. El astuto hombre había creado unos bolsillos falsos en el interior del pantalón donde estaban enganchadas las aves, escondidas de tal manera que era prácticamente imposible que se movieran y levantaran sospechas.
Según la prensa local, las aves no han mostrado rastros de haber sido sedadas y estaban muy activas cuando las salvaron, aunque el hombre se encuentra preso a la espera de ser juzgado.
El aeropuerto de la Guayana Francesa es junto a otros aeropuertos sudamericanos (Brasil, Perú, Colombia, Venezuela…) uno de los más prolíferos en cuanto a detenciones por tráfico ilegal de animales debido principalmente a su proximidad con el Amazonas.
Amazonas destaca por ser una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el mundo y por tanto, es uno de los mayores mercados para los traficantes ilegales de especies exóticas. Grandes guacamayos azules y amarillos, papagayos verdes, tortugas, serpientes…, el tráfico de animales no perdona a ninguna especia en la región, ni siquiera a las que están en extinción.
Son muchos los controles que se realizan principalmente en los aeropuertos (ya que muchas de las especies viajan a Europa) pero aún así es muy complicado terminar con este delito. En ocasiones son los propios indígenas los que cazan estos animales para luego venderlos a traficantes para conseguir ingresos, y en muchos de esos países, tampoco existe una política específica para erradicar el problema ni fondos para la protección y conservación de la vida salvaje.
