¿Cuántas civilizaciones aisladas quedan en el mundo? ¿Qué sabemos de ellas?
En julio de 2014, siete miembros de una tribu amazónica no contactada emergieron de la jungla e hicieron su primer contacto con el resto del mundo. A pesar de más de seiscientos años de historia portugués-brasileña, esta tribu solo ha interactuado con sus vecinos hasta hace pocos meses atrás. Su contacto reduce la cantidad de tribus aisladas que quedan en un mundo cada vez más conectado.
Según Survival International, todavía existen alrededor de 100 pueblos aislados. Aunque «aislado» es algo inapropiado, porque incluso la tribu más alejada del mundo es muy probable que haya interactuado anteriormente con forasteros, ya sea cara a cara o por exposición de artefactos modernos, como los aviones que sobrevuelan el cielo. Sin embargo, no están integrados en la civilización global, conservan sus propias culturas y costumbres y tienen poco interés en la comunicación con el mundo exterior.
Las estimaciones de cuántos de estos pueblos existen varían drásticamente. Por ejemplo, Brasil afirma tener 77 pueblos no contactados que viven en la selva amazónica; National Geographic, sin embargo, estima que son 84. Cuando los cálculos se toman en el conjunto global y se comparan, no es nada descabellado cifrarlos alrededor de la centena. Aunque probablemente el número real es más alto.
Las fuentes para estas estimaciones incluyen observaciones de aviones que sobrevuelan regiones aisladas y cuentas de pueblos contactados que viven cerca.
Como puedes ver en el mapa de arriba, las tribus sin contactar viven en algunos de los lugares más impracticables del mundo: el interior del Amazonas, el Congo y las montañas de Nueva Guinea.
Las razones por las cuales un grupo de personas puede querer permanecer aislado puede variar; pero en la mayoría de los casos, simplemente quieren que les dejemos en paz. El antropólogo Robert Walker, de la Universidad de Missouri, sugiere que el miedo puede ser también una de las razones principales.
¿Y por qué no les visitamos?
Realmente, la mayoría de estas tribus han sido visitadas alguna vez. La llamada «tribu más aislada del mundo» fue contactada a finales del siglo XIX por el Raj británico, aunque desde entonces se han mantenido extremadamente aislados. Brasil lleva a cabo sobrevuelos por encima del hábitat de muchas tribus no solo por curiosidad antropológica, sino también para asegurarse que no se lleve a cabo talas ilegales, y para confirmar la supervivencia después de un desastre natural. Muchas de estas tribus brasileñas tienen elementos que se originaron muy lejos y se obtuvieron mediante el comercio con otras tribus.
Las tribus tienen derecho a la autodeterminación en la tierra en la que viven. Como la llegada de extraños cambiaría drásticamente su forma de vivir, se considera que el mundo exterior debe permanecer alejado para que esos pueblos puedan determinar su propio futuro.
Históricamente, las tribus que han sido contactadas no lo han pasado demasiado bien: su aislamiento les hace carecer de inmunidad a muchas enfermedades comunes, y muchas visitas acaban en un contagio que puede acabar con la tribu entera.
Los argumentos sobre no visitarlos están claros después del párrafo anterior. Pero algunos antropólogos creen que «las poblaciones aisladas no son viables a largo plazo», y que «los contactos bien organizados son humanos y éticos; sabemos que poco después de un contacto pacífico con el mundo exterior, las poblaciones indígenas supervivientes se recuperan rápidamente de los colapsos de la población».
Este argumento es rechazado por la mayoría de los partidarios de los derechos indígenas y, en cierto modo, carece de pruebas que lo respalden. Un ejemplo de lo que puede suceder se analizará a continuación en dicha sección de Brasil.
Sentinelese
«La tribu más aislada del mundo» vive en las Islas Andamán, en la India. Contactados en el siglo XIX, la tribu ha permanecido aislada y hostil a los extranjeros desde entonces. El último intento oficial de contacto fue en 1996; desde entonces, no se ha vuelto a probar: no solo para proteger a la tribu de las enfermedades, sino también porque tienen la tendencia de atacar con flechas a los visitantes.
Siguen siendo una sociedad de cazadores-recolectores. Tienen herramientas de metal, pero solo pueden obtener estos materiales de los hierros que recuperan de los naufragios cercanos. Han estado aislados por tanto tiempo que su lenguajes es ininteligible con sus vecinos más cercanos.
Se estima que hay aproximadamente unos 250 Sentineleses.
Jarawas
Otra tribu aislada en la India también vive en las islas Andamán. Son una sociedad de cazadores-recolectores autosuficiente y, según varias versiones, son bastante felices y saludables.
A principio de los años 90, el gobierno local presentó un plan para llevar a esta tribu al mundo moderno. En 1998, los miembros de la tribu comenzaron a visitar el mundo exterior. Recientemente se ha producido una mayor comunicación entre los Jarawas y los extranjeros debido al aumento de asentamientos cerca de sus aldeas.
Este contacto causó dos brotes de sarampión entre la tribu, que no tenía inmunidad. Se estima que tiene una población de unas 400 personas.
El Valle de Javari
Brasil tiene un área del tamaño de Austria que alberga aproximadamente a 20 tribus indígenas: el Valle de Javari. De las 3.000 personas que se estima que viven allí, se cree que unas 2.000 de ellas no han contactado nunca con la civilización. La información sobre estas tribus es escasa, pero algunas pruebas muestran que usan tanto técnicas de agricultura como de caza. Tienen herramientas de metal, así como ollas que adquirieron por comercios.
En los años 70 y 80, la política del gobierno brasileño quiso contactar a estas tribus para su beneficio. La historia de la tribu Matis de esta región es curiosa: como resultado de las enfermedades de las que se contagiaron, la tribu perdió a tres de sus cinco pueblos, aniquilados completamente, y su población disminuyó drásticamente. El gobierno brasileño decidió no volver a repetir este hecho.
Ahora, la mayor amenaza para esta población proviene de mineros y madereros
En Nueva Guinea…
Hay muy poca información sobre las tribus en esta zona, ya que el gobierno de Indonesia ha hecho un buen trabajo para mantener a la población lejos de las tierras altas. Sin embargo, algunas tribus han sido contactadas durante el último siglo, pero permaneciendo bastante aisladas y conservando sus tradiciones.
Un ejemplo es la tribu Dani. Ubicada en el corazón de la Nueva Guinea indonesia, tienen contacto con el mundo exterior (desde 1938) pero conservan sus costumbres. Son conocidos por su tradición de cortarse dedos cada vez que fallece un familiar, como muestra de que se comparte su dolor.
En el Congo
Muchos de los pueblos que habitan en los bosques del Congo han sido contactados con poca frecuencia en el último siglo. Sin embargo, se supone que todavía existen muchas tribus no contactadas. Los Mbuti, un pueblo ‘pigmeo’, es un ejemplo.
Los Mbuti son cazadores-recolectores que ven el bosque como una figura parental que les proporciona todo lo que necesitan. Viven en aldeas pequeñas e igualitarias. Son, en gran medida, autosuficientes, pero no dejan de tener comercios con otros grupos externos. Su forma de vida está en peligro por la desforestación, la minería ilegal y el genocidio que se llevan a cabo contra los pigmeos.