¿Cuál es la población genéticamente más diversa del planeta?
A pesar de ser un país realmente pequeño, Papúa Nueva Guinea es el hogar de una enorme variedad genética y cultural. Habitado por los seres humanos hace unos 50.000 años, se cree que se han desarrollado hasta 850 idiomas diferentes, formando el 10% de todos los idiomas del planeta. Eso hace que la isla sea la nación más diversa desde el punto de vista lingüístico del mundo.
La enorme diversidad cultural y lingüística hace que Papúa Nueva Guinea sea, también, un lugar donde la investigación genética sea realmente interesante. Y dicha investigación no se había realizado hasta ahora, ya que los expertos querían observar si la variedad social también se extrapolaba en su ADN.
«Este es el primer estudio a gran escala que refleja la diversidad genética de la población de Papúa Nueva Guinea», afirma Anders Bergström, autor principal del estudio, publicado recientemente en la revista Science. «Nuestro estudio revela que las diferencias genéticas en la isla son muy fuertes, incluso mucho más que entre las principales poblaciones europeas o del este de Asia».
Tras analizar más de un millón de marcadores individuales de ADN de 381 personas, los investigadores han encontrado una cantidad enorme de diversidad entre los diferentes grupos poblacionales de Papua Nueva Guinea. Esto era de esperar, sabiendo que hay varias barreras geográficas en el país -diferencias genéticas entre aquellos que viven en lo alto de las montañas con aquellos que viven en zonas más llanas-, pero los expertos se sorprendieron al comprobar que también habían se encontraban estas diferencias entre los mismos grupos aislados.
Esta segregación genética es realmente fascinante: cuando la agricultura se extendió por Europa, los pastores del este integraron a los cazadores-recolectores en una nueva forma de vida, y esta agitación masiva de gente todavía puede verse en nuestro genoma. Se pensó que los medios para producir alimentos implicó la desaparición de una existencia nómada y tradicional, e hizo a la población más uniforme.
Pero parece que esto no sucedió en Papúa Nueva Guinea. Cuando la agricultura se extendió por la isla, hace unos 10.000 años, no condujo a que una población fuera subsumida por otra; al revés, las comunidades conservaron su independencia y diversidad.
Esta situación ha dado a los investigadores la oportunidad de echar un vistazo a cómo los pueblos nativos pudieron ir evolucionando, y mostrar así la variación genética y lingüística que existía antes de que las tecnologías relativamente modernas -por aquellas épocas- homogeneizaran nuestro mundo.