Crecen los “bosques fantasma” en EEUU
Peligro forestal
Hace poco eran enormes franjas de bosques protegidos. Pero el cambio climático está transformándolos. Es evidente que crecen los “bosques fantasma” en EEUU. Son miles de troncos sin hojas y sin ramas, tocones y árboles derribados.
La sal y la aridez
La muerte de los árboles es un efecto esperado del aumento del nivel del mar. Expone más tierras al agua salada, que literalmente succiona la humedad de las semillas y el suelo. Sin embargo, no es solo una franja de la costa estrecha que sufre de la invasión del mar. Emily Ury, bióloga de la Universidad de Duke Carolina del Norte, lo explica.
Analizó miles de imágenes del satélite Landsat de la NASA tomadas entre 1985 y 2019. Ury y sus colegas hicieron sus cálculos. Se tomó como referencia el Refugio Nacional de Vida Silvestre Alligator River. Está en Carolina del Norte. 85 km cuadrados se convirtieron en bosques fantasma durante ese período. Más de la mitad de los nuevos bosques muertos se encontraban a más de 1 kilómetro tierra adentro.
Una serie de factores provocó la muerte de estos bosques interiores. Kilómetros de zanjas de drenaje que canalizaron el agua del mar hacia el interior fueron cavados. Masivas tormentas acompañaron al huracán Irene en el 2011. Esto resultó ser devastador.
Daños del huracán
El refugio todavía se estaba recuperando de una sequía de cinco años. Entonces el huracán golpeó. El daño resultante fue inmenso. Solo en el 2012, más de 44 km cuadrados de árboles se convirtieron en fantasmas. Pero el terreno costero perdido por el aumento del nivel del mar es mucho menor. Casi 11 km cuadrados durante todo el periodo de 35 años del estudio. Más rápido crecen los “bosques fantasma” en EEUU que el terreno que gana el mar.
El nivel del mar aumenta en respuesta al cambio climático. Y se espera que los huracanes como Irene sean más destructivos y provoquen mayores inundaciones. La lección aprendida en Carolina del Norte debería ser un punto de partida. Se espera anticipar futuras marejadas ciclónicas en todo el mundo, concluyeron los autores del estudio.