Desde hace décadas la mala gestión de basuras y residuos está generando acumulaciones de plásticos de dimensiones descomunales en varios puntos del océano abierto. Pero existe una zona del océano Pacífico norte que es especialmente preocupante, tanto, que ya ha sido bautizada como la Gran Isla de Basura. Se calcula que alcanza el doble del tamaño del estado de Texas y algunos expertos, ya hablan del séptimo continente.
Las mayores concentraciones de plástico se encuentran en los llamados giros oceánicos, que son áreas aisladas de la circulación del agua en las que tiende a acumularse la basura. La Gran Isla de Basura del Pacífico norte, es una de las mayores áreas de giro oceánico.
Esta acumulación de desechos está constituida en su mayoría por desperdicios plásticos, que flotan entre Hawaii y California. Lo aterrador de este asunto es que estos plásticos son ingeridos por la vida salvaje y pequeños peces, los cuales, a su vez, son el alimento de los peces que terminan en nuestra mesa. Gracias a la investigación de grandes científicos especializados en el tema, se ha detectado una conexión entre los problemas de salud que afectan a nuestras generaciones y esta realidad ecológica.
El doctor Frederick Vom Saal, de la prestigiosa universidad de Missouri, asegura que al estar consumiendo nuestra propia basura y encontrarnos expuestos a la contaminación de estos plásticos nos estamos intoxicando. Él explica que este fenómeno ecológico está ligado a diabetes prematura, problemas renales y hasta problemas graves de reproducción en mujeres.
Lo triste de esta situación es que dicha basura, en un 80 por ciento, es parte de los desperdicios de nuestros hogares. La mala gestión que hacen los gobiernos con estos desperdicios conlleva la contaminación de la vida marina, las playas, los mares y nuestra salud.
El inconveniente es que la Isla se encuentra alejada de tierra, y por ende, ningún país se ha responsabilizado de la basura ahí asilada, ni ayuda económicamente a las organizaciones internacionales que se ocupan de la prevención del empeoramiento del problema.
