¿Conoces la Canadá subterránea?
Canadá es un país que sufre temperaturas muy extremas en épocas de frío, cosa que dificulta la vida de sus habitantes. El salir a la calle para hacer vida social, para salir a tomar algo en las habituales visitas a los centros comerciales (costumbre muy típica en América) o incluso trasladarse para ir al trabajo o al colegio puede hacerse harto complicado con temperaturas promedio de hasta -18ºC en una ciudad como Québec.
Por eso, a medida que han pasado los años por las ciudades canadienses, decidieron que la mejor opción para evitar el frío es evitar la exposición a este. En 1900, en Toronto, se construyó la primera galería subterránea ubicada en Yonge Street, que poco a poco fue adhiriéndose a todos los edificios colindantes. La idea fue recibida con buena acogida por la población y otras ciudades pensaron adaptar la idea.
Y así lo hicieron, a partir de los años 60, una Montreal presidida por Jean Drapeau que comenzó a construir su villa subterránea (conocida como RÉSO), con túneles que hoy en día llegan hasta los 32 kilómetros de longitud conectando metros, hoteles, oficinas y centros comerciales uniendo hasta un total de 41 manzanas, aproximadamente 12 kilómetros cuadrados, sin contar otras pequeñas conexiones que no están adjuntas a la principal.
Más de 2.000 tiendas, 40 cines, 2 grandes estaciones de ferrocarril, restaurantes, párkings e incluso viviendas están protegidas por este entramado de cemento que recibe luz natural a través de claraboyas y techos de cristal. Los entornos y los túneles están decorados con bonitas fuentes, jardines y espectáculos, dando color a lo que desde fuera puede parecer una vida fría y estéril.
Eso sí, si un día tiene la suerte de visitar las ciudades canadienses, no pregunte a los amables habitantes por la ciudad subterránea; está tan adaptada que lo tienen como un elemento más en su vida cotidiana y para ellos no tiene nada de especial para que llame la atención de los turistas.