¿Con qué se adulteran las drogas?
Los laboratorios del Ministerio de Sanidad y Consumo, quienes analizan las partidas de cocaína intervenidas por la Policía, aseguran que son muy diferentes los resultados de los análisis químicos en una partida de un kilo de cocaína intervenida a un gran traficante, y de unos pocos gramos intervenidos a personas que los han adquirido para consumo propio. La cocaína, como la mayoría de las drogas, pasa al menos, por tres manos que la adulteran hasta llegar a la persona que la adquiere en la calle, pasando de una pureza que puede llegar hasta el 90% a una pureza de entre un 5 y un 40%. Con estos datos es lógico preguntarse ¿qué contiene ese porcentaje que no es cocaína?
La cocaína es la droga que más se adultera y su pureza media cuando llega al consumidor es del 20%. La droga pasa, en las propias plantaciones, por un proceso mínimo de manipulación que convierte la hoja de coca en pasta y la pasta en base de cocaína.
En los análisis de la cocaína incautada se encontraron sustancias como talco, sosa cáustica y estricnina.
Esta base de cocaína o «basuko» no se suele vender a cualquiera, solo la adquieren los grandes traficantes. Una vez que llegan cantidades de cocaína del orden de kilos a los grandes distribuidores, empieza la división, adulteración y venta. Generalmente cuando se compra y vende por kilos, según los análisis, se usan anfetaminas para el corte y su pureza puede llegar hasta un 80%.
Cuando pasa a otras manos y se corta para venderla por gramos en la calle, su pureza puede rebajarse a un 5%. Los laboratorios aseguran haber detectado en los análisis de la cocaína incautada en la calle sustancias como talco, anestésicos como la benzocaína, lidocaína y procaína, ciclofalina (medicamento usado para estimular la actividad cerebral), carbonato de manganeso, fenacetina, paracetamol, cafeína, efedrina, dextrosa y hasta sosa cáustica o estricnina, usados como matarratas.
Así y según los análisis, finalmente, de un kilo salen cuatro, compuestos en un 80 por ciento por las sustancias antes citadas.
La estricnina o matarratas se usa también para el corte de la heroína. Esta sustancia se adultera también con quinina, lactosa, azúcar, bórax, tiza (que afecta la vista) y fármacos depresores como los barbitúricos, benzodiacepinas o sedantes, o pentazocina más antihistamínicos, piracetán o griseofulvina.
Las anfetaminas se cortan generalmente con efedrina, el talco, la cafeína o hasta el yeso. Las drogas de síntesis como el éxtasis o MDMA se adulteran con talco, resina de cannabis, aspirina molida, benzodiacepinas y otros medicamentos.
El hachís se adultera en ocasiones con goma arábiga, leche condensada, henna, clara de huevo, ceniza, desechos animales, diesel, cera, aceites, etc.
Con todas estas sustancias de corte, las mafias disminuyen la pureza de las drogas para aumentar su cantidad y sacar de esta forma una mayor ganancia en el mercado. Generalmente no precisan de sofisticados laboratorios: cortan la droga ellos mismos, y les puede bastar un molinillo de café para realizar la mezcla. No es necesario un proceso químico.