Un aventurero compro una niña para dársela a los caníbales y ver como la devoraban
En 1888 Jameson, que heredó la compañía Jameson Irish Whiskey viajo a lo que hoy es la República Democrática del Congo al frente de la Rear Column, un destacamento militar que formaba parte de una expedición comandada por el explorador Henry Morton Stanley bajo las órdenes del Rey Leopoldo I de Bélgica.
Jameson se desplazo a Ribakiba para aprovisionarse de porteadores junto a Assad Farran, un sirio con conocimientos de suahili que hacía de intérprete, y un mercader de esclavos llamado Tippu Tip.
Mientras hacia negocios tubo la gore idea de comprar un humano y ofrecérselo a una tribu caníbal para ver como la devoraban. Compro una niña de unos diez años y envió a Farran a dársela a los caníbales con el mensaje de “un regalo del hombre blanco, que desea verla devorada”.
La niña, fue amarrada a un árbol, pedía ayuda y clemencia con los ojos, hasta que dos tajos le rajaron el vientre. Murió desangrada con los intestinos colgando. Tras ello, la despedazaron, cocinaron y comieron.
Jameson mientras tanto se dedicó a dibujar seis bocetos del sangriento espectáculo, que más tarde convertiría en otras tantas acuarelas.