Existió un aparato que te obligaba a pagar 10 centavos si querías tocar el timbre de la puerta
Este aparato estaba destinado a las amas de casa ocupadas que eran molestadas constantemente por vendedores ambulantes y otros desconocidos.
Para poder utilizar el timbre de la puerta el vendedor (o cualquiera que llamase, realmente) tenía que introducir una moneda de 10 centavos de dólar en la ranura situada al lado del timbre.
Esto activaría una circuito eléctrico que permitiría sonar al timbre. Si quien llamaba era un invitado o conocido que merecía pasar, la moneda le era devuelta al entrar. En cambio, si el visitante era un extraño, la moneda era retenida por el aparato y más adelante donada a la beneficencia.
Yo sinceramente me lo pondría en la puerta, así que pague la gente desconocida, ¿Vosotros os lo pondrías?