Etanol: combustible renovable y contaminante… ¿a partes iguales?
Muchos gobiernos del mundo (entre ellos, el de Trump) quieren aumentar la cantidad de etanol en la gasolina, una medida que podría aliviar a los agricultores afectados por los aranceles a la soja como resultado de la guerra comercial con el Presidente de China, pero esto hará aumentar las emisiones de dióxido de carbono.
El etanol, un alcohol a base de maíz, ha producido discusiones entre defensores de los combustibles renovables, agricultores, ambientalistas y compañías petroleras. Si bien el etanol fermentado y destilado del maíz se considera un combustible renovable debido a que el crecimiento del maíz, gracias a la fotosíntesis, debería de compensar el dióxido de carbono que se emite al consumirse cuando se quema.
No obstante, su producción también tiene un costo considerable en el medio ambiente. Y mientras que el etanol contiene solo dos tercios de la energía de la gasolina pura cuando se quema, el uso del etanol en la gasolina está subvencionado por muchos gobiernos, para enfado de los productores de petróleo.
El hecho de que un país tan importante en el mundo del petróleo decida financiar otras formas de energía (hecho totalmente aceptable) ha levantado ampollas en las industrias petroleras. De hecho, no es tan descabellado, como informan algunos expertos, que sean las propias industrias petroleras quienes financien campañas críticas contra la contaminación que produce el etanol. Irónico.
No obstante, sí es cierto que el hecho que Estados Unidos vaya a aumentar del 10% del etanol en las gasolinas al 15% hará que se ejerza una fuerte presión sobre el medio ambiente en cuanto a que se necesitará más terreno para producirlo o sobreexplotarlo, creando más erosión, usando más pesticidas y fertilizantes, contaminando más aguas…
Así que sí, es cierto que el etanol quizá no es la mejor opción; no obstante, es una altenrativa en cuanto a tener una menor dependencia de las industrias petrolíferas.