Estudios anteriores han demostrado que es más probable que las personas recuerden la información cuando el cerebro se ve obligado a realizar un esfuerzo adicional para absorberla. Por ello, un grupo de expertos ha creado una fuente para ayudar a la memoria: Sans Forgetica.
Un equipo de psicólogos y diseñadores de la Universidad RMIT de Australia decidió combinar diversos estudios para producir una fuente que alcance lo que la doctora Janneke Blijlevens denomina «el punto ideal de dificultad deseable».
«La mayoría de las fuentes están diseñadas para que sean fáciles de leer», afirma esta experta a IFLScience. «Tuvimos que romper deliberadamente los principios de diseño habituales para hacer una fuente que fuera más difícil».
Crearon tres nuevas fuentes difíciles de leer y probaron las respuestas de varios voluntarios. La ganadora: Sans Forgetica, una modificación de Albion, con una especie de cursiva inversa y a la que le faltan piezas en cada letra.
Luego, los autores mostraron varios textos a 303 estudiantes, una parte la cual era en Arial y otra Sans Forgetica. Los autores afirman que hay una diferencia entre ambas fuentes: 50% de éxito a la hora de recordarlo en Arial y el 57% en Sans Forgetica.
Janneke Blijlevens añade que el equipo originalmente creó Sans Forgetica como algo que podrían utilizar los estudiantes para rendir mejor en los exámenes; no obstante, también ve potencial para que los maestros resalten partes de sus lecciones.
